Si la anterior semana inauguraba la sección El Fin Semanal con una película contenida, de humor negro y cierto aroma a hermanos Coen como Three Billboards Outside Ebbing, Missouri, esta semana he cambiado de registro y me he ido al thriller de acción con The Commuter, la nueva propuesta del tándem formado por Jaume Collet-Serra, director catalán afincado en Hollywood, y Liam Neeson al frente del reparto. Es ya la cuarta película con que colaboran fructíferamente, después de la fenomenal Unknown (2011), la tensísima -aunque algo fallida en resolución- Non-Stop (2014), y una maravillosamente bien medida Run All Night (2015).
Tanto en continente como en contenido, esta The Commuter podría definirise como «una Non-Stop cambiando un avión por un tren», pues ambas películas comparten cuatro características esenciales: escenario acotado y en movimiento, la búsqueda de alguien entre pasajeros, un límite temporal consistente en el propio viaje y un enemigo invisible omnisciente y omnipotente. Con eso, es inevitable que Collet-Serra se repita en planteamientos fílmicos, pero no por ello es algo negativo: en mi opinión, su manejo de la cámara y el ritmo trepidante que imprime a las escenas de tensión es más que excelente, consiguiendo un producto disfrutable 100%.
Un punto a agradecer a esta The Commuter respecto Non-Stop es un poso más profundo en matices tanto del protagonista como de su contexto dentro de la historia, con lo que no sólo Liam Neeson puede desquitarse de esas interpretaciones solventes pero más bien frías a las que nos tenía acostumbrados últimamente, sino que además empatizamos más con su personaje. Como punto negativo análogo, sin hacer spoilers, quizá el tercer acto es lo que falla más en ambas películas, una por demasiada simplicidad en resolución y otra por precisamente lo contrario.
No obstante, lo que es innegable es que el sentido del espectáculo está intacto. Jaume Collet-Serra se ha especializado en películas de suspense y acción, y se nota. La tensión es palpable, y el uso de la cámara es de lo mejor de la película: a destacar los planos claustrofóbicos del tren, y sobretodo dos secuencias de acción sin cortes y con cámaras «imposibles», al más puro estilo de los thrillers surcoreanos.
La música es otro de los puntos fuertes, junto con la fotografía y el montaje. Collet-Serra siempre se había apoyado en el especialista en cine de género John Ottman para sus primeros filmes (House of Wax, Orphan, Unknown y Non-Stop), pero en sus tres últimas propuestas ha ido cambiando. Tom Holkenborg (Junkie XL), Marco Beltrami, y ahora para la banda sonora de The Commuter ha contado con el español Roque Baños, quien ha compuesto una música correctísima para el tono del film. Ese arpegio al piano con esos violines delicados y tensos al mismo que sirve de tema inicial contrasta muy bien con esas piezas disonantes y tensas repletas de esa percusión relojera que tan bien usaba Harry Gregson-Williams en los filmes de acción de Tony Scott.
A la gente que le guste el cine de Collet-Serra no le defraudará para nada esta The Commuter. Únicamente quien busque una reinvención del joven director catalán podrá sentirse frustrado, pues repite hasta la saciedad fórmulas de anteriores películas suyas. Quizá la falta de riesgo es un punto a criticar, pero ha ido asegurando cada paso que daba, y toda flaqueza que posee el film proviene más de la esencia del guión (del que no es autor) que de su dominio del lenguaje cinematográfico.
THE COMMUTER
(USA, UK, Francia, 2017; dtor: Jaume Collet-Serra)Tono: ✭✭✭✭✭✭✭✭✩✩
Guión: ✭✭✭✭✭✭✭✩✩✩
Montaje: ✭✭✭✭✭✭✭✭✩✩
Actores: ✭✭✭✭✭✭✩✩✩✩
Sonido: ✭✭✭✭✭✭✭✩✩✩
Música: ✭✭✭✭✭✭✭✩✩✩
Foto: ✭✭✭✭✭✭✭✭✩✩
Visuales: ✭✭✭✭✭✭✩✩✩✩GLOBAL: ✭✭✭✭✭✭✭✩✩✩
LA MUSA QUE ERA 