PELÍCULAS COMENTADAS | FILM | BSO |
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“Police X Heroine Lovepatrina” “Racoon Dog Gentleman” “Super Legend God Hikoza” “Nagisa’s Bicycle” “Red Post on Escher Street” “Goodbye Don Glees!” | ✭✭✭✭✭✭✭✩✩✩ ✭✭✭✭✭✭✩✩✩✩ ✭✭✭✭✭✩✩✩✩✩ ✭✭✭✭✭✩✩✩✩✩ ✭✭✭✭✭✭✭✭✭✩ ✭✭✭✭✭✭✭✭✩✩ | ✭✭✭✭✭✭✭✭✩✩ ✭✭✭✭✩✩✩✩✩✩ ✭✭✭✭✩✩✩✩✩✩ ✭✭✭✭✭✩✩✩✩✩ ✭✭✭✭✭✩✩✩✩✩ ✭✭✭✭✭✭✭✩✩✩ |
Si por algo será recordado el segundo día de las Nits 2022 es, aparte de por ser cuando se proyectó la magistral obra de Sion Sono donde homenajea a los extras cinematográficos mientras dinamita la industria desde dentro, sin duda será por lo surrealista de su programación matinal. Así que tras el algo irregular primer día, y sin más preámbulos para evitar spoilers, entramos de lleno en el segundo día.
Police X Heroine Lovepatrina
Empezamos fuerte. Y es que si decimos que la primera película del día es de Takashi Miike, el aficionado del cine asiático mostrará interés de inmediato. Si encima decimos que la película es eminentemente infantil, y con toques de tokusatsu y series tipo Sailor Moon, el interés se transforma en asombro. Y si con todo esto, encima la película está protagoniza por las Lovepat, la patrulla infantil que lucha para presevar el amor, regalándonos numerosas canciones de J-Pop supermarchosas (coreografías incluidas), un humor ridículo, arcoiris y purpurinas por doquier, merchandising nada sutil, y niñas más “lolitas” que las del concurso de Little Miss Sunshine… pues eso, y mucho más, es lo que tiene este film imposible de realizar fuera de Japón, y que por alguna misteriosa razón arrancó más aplausos y gozos del público adulto que del infantil que poblábamos L’Atlàntida. Indescriptible, e inexplicablemente disfrutable.
Racoon Dog Gentleman
Aún estábamos recuperándonos de lo que acabábamos de ver cuando entrábamos a ver una doble sesión world premiére del director Minoru Kawasaki, empezando por esta “Racoon Dog Gentleman”, que para definirla rápidamente, es como si hicieran una película de “The Office” donde Michael Scott fuera amable y considerado, pero a la vez fuera un mapache gigante con los testículos debidamente gigantes y colganderos fuera del traje, que sirve de claro cebo absurdo para tratar con cierta acidez el mundo laboral nipón. Este encantador mapache dirige una empresa de licor artesano de éxito que deberá afrontar una más que rastrera competencia por un contrato de distribución, mientras una compañera de trabajo humana intenta enamorarlo, aun cuando él está de duelo por perder a su esposa hace poco. El lío está servido, y el humor absurdo, también.

Super Legend God Hikoza
La segunda película de la doble sesión del mediodía fue más “normal”, si entendemos por normal un tokusatsu donde los miembros de un centro de investigación ultra-avanzado financiado por crowdfunding investigarán las ruinas de un templo, desentarrando una máquina humanoide relacionada con un esturión gigante que amenazará Japón, pero que les dará poderes para enfrentarse al mal mientras se batallan entre ellos para arreglar su fallido cuadrado amoroso. Tan lioso como absurdo, la película tiene su principal gancho en los protagonistas de la película, sus personalidades, sus diálogos y el cuadrado amoroso en el que están. Una vez su amor quede resuelto, la película será un tokusatsu demasiado al uso y en su tercio final perderá toda su gracia, pero la primera media hora es realmente agradable.

Nagisa’s Bicycle
Tamano, un pequeño pueblo costero pero rodeado de montañas y superpoblado de bicicletas. Un pequeño paraíso donde se emplaza “Nagisa’s Bycicle”, una pequeña película independiente donde tres historias cortas ocurren en el mismo sitio bajo un nexo en común: la bicicleta. La primera historia, sobre un veterano ciclista que lucha por no tener que retirarse (y donde un brutal plano secuencia en primer plano en un velódromo hará presencia), una pescadora que se encuentra una bicicleta varada en el agua, y la divertida tercera historia sobre una cita que no puede ser más desastre para nuestro aspirante a ser correspondido. Lástima la segunda historia, que de tan poética no aporta nada destacable narrativamente y rompe demasiado el ritmo del film.
Red Post on Escher Street
Si de algo se puede calificar a Sion Sono es de creador versátil. De la mastodóntica y excesiva “Love Exposure” al gore enfermizo de “Tag” o “Cold Fish” pasando por musicales con kaijus como “Love and Peace”, excelentes dramas como “Himizu” rodada en Fukushima o bizarradas como “Prisoners of the Ghostland” con Nicolas Cage de protagonista, cualquier película de Sion Sono despierta siempre interés, sea cual sea el resultado final. Pero si encima aquí Sono se pone la gorra del escritor crítico y autocrítico, como ya hizo en “Antiporno” como catarsis y denuncia de la posición de la mujer en la sociedad japonesa desde la vertiente de la actriz, la expectación es máxima. Y no es para menos porque, almenos para quien escribe estas líneas, con “Red Post on Escher Streeti” Sono firma su mejor película en años. Bajo el prisma narrativo del rodaje de un director de renombre que abre el casting a todo el público, no sólo celebridades, se nos muestra un metacine como pocas veces se ha visto: el de la perspectiva de los extras, esas personas que quizá aspiran a ser actores principales, quizá no, pero sí que comparten un amor por el séptimo arte y desean estar en él cueste lo que cueste. Y si por el camino, Sion Sono destruye por completo la idealización de la industria del cine al mostrarla como eso, una industria y no arte, el espectáculo es mayúsculo; sobretodo con un acto final absolutamente catártico: un plano secuencia con las —literalmente— decenas de protagonistas de “Red Post on Escher Street” participando en múltiples tomas de una misma secuencia del film que se intenta rodar. Pura magia.
Concierto de Younenki Music
Las dos horas y media de la maravilla ciematográfica de Sion Sono nos hizo correr bajo el sofocante calor del atardecer hacia la Bassa dels Hermanos, pero las prisas valieron la pena para poder presenciar el fabuloso concierto de las “Younenko Music”, dúo de dos chicas catalanas que han triunfado por streaming a base de realizar medleys de openings y endings de anime y otros dibujos animados de los que nos criamos en los 80 y 90 viendo Club Super 3 y 3XL.net: desde Dragon Ball, Inuyasha, Fushigi Yugi o Musculman, pasando por 10+2 o Inspector Gadget. Disfrutamos como niños; literalmente.

Goodbye Don Glees!
No podía faltar en las Nits el film anime coming-of-age de moraleja humanista y con realismo mágico. Sí, cada año hay una película saliendo de Japón, o más, pero es que las hacen genial, y a menudo acaban teniendo suficiente personalidad para no atragantarse. Y este año la puesta era “Goodbye Don Glees”, donde un grupo de tres amigos a quienes los demás compañeros del instituto repudian vivirán una enorme aventura en busca de un dron que puede exculparlos de un accidente. Es de agradecer cómo dicha aventura es completamente creíble y muy humana, pero aún más es de agradecer cómo, en su segunda mitad, cambia drástica y narrativamente en pos de un realismo mágico sobrecogedor y un final que hará encajar todas las piezas de la película de una forma tan sutil y suave que automáticamente convierte a “Goodbye Don Glees” de una película correcta a una más que notable experiencia, a la que la ya habitual y preciosista música de este tipo de producciones, a piano y cuerdas sinfónicas, ayuda a abrazar fantásticamente. Distribuida en estas tierras por Selecta Visión, como la también proyectada en las Nits “Josee, The Tiger and the Fish”, es de esas que los amantes del anime juvenil no pueden dejar pasar.
Y con ese encantador aunque melancólico sabor de boca que dejó el film de los Don Glees, nos fuimos a descansar al hotel a recuperar fuerzas para la mañana siguiente, que empezaría con —por fin, mostrando luz al final del túnel del Covid— el retorno de las actividades y excursiones para prensa y acreditados…