Terrormolins XL 2021 (I: eventos y celebraciones)

Eventos cubiertos
Exposición 40 ediciones de Terrormolins
Vermut Literario
Concierto BSO
Conferencia “Música en el cine de terror”

Si la edición de 2020 de Terrormolins puede ser recordada por algo, es por la reinvención in extremis que la organización se vio obligada a hacer, con el cierre nuevamente de cines y teatros a 3 semanas de inaugurarse el certamen y cobrando una vida online que le sentó tan bien, que ha vuelto para la gran celebración de este 2021, las 40 ediciones de Terrormolins, en un modelo híbrido entre presencial y virtual que le ha dado una nueva vida al festival. Nueva vida que ha sido muy bien recibida por un público que se notó con ganas de volver a La Peni, con más de 6.000 espectadores en los 10 días de festival —un 10% más que en la edición de 2019—, pero que al mismo tiempo acogió con entusiasmo la sección virtual de Filmin, compuesta por 25 películas exclusivas y más de 34.000 visionados en total.

Pero Terrormolins, en su afán por celebrar por todo lo alto estas 40 ediciones, han escogido el sufijo XL para su festival, que aparte de ser el 40 en números romanos, es la talla extragrande de camiseta; y es que extragrande ha sido esta flamante edición en aspectos más allá de lo cinemarográfico, y es que aparte de la exposición sobre las 40 ediciones en Ca n’Ametller, recuperaron el enorme Foment como sala anexa a La Peni, y que se convirtó en la sala de actos para todo un conjunto de eventos culturales asociados al cine:

  • sesiones retrospectivas con “Arrebato” (1980) de Ivan Zulueta como gran reclamo, película por otra parte presente en el spot del festival;
  • vermut literario con presentación de 5 libros con sus respectivos autores, junto con la proyección de “Viaje al Más Allá” (1980), de Sebastià d’Arbó, también presente;
  • concierto de bandas sonoras a cargo de la Escola Municipal Julia Canals de Molins de Rei;
  • conferencia sobre la música en el cine de terror a cargo de la compositora Alicia Morote;
  • jornadas de networking, batalla de programadores, noche de karaoke, y mucho más…

No pudimos ir a todo, claro está, pero antes de seguir con los siguientes episodios de la crónica, enfocada a las proyecciones, vamos a repasar brevemente los actos en los que estuvimos presentes y que coronaron una espléndida edición 40 del Festival de Cine de Terror de Molins de Rei.

Exposición 40 ediciones de Terrormolins

Con una estética que remitía directamente a la contracultura, leitmotif de esta edición XL, el museo Ca n’Ametller se vistió de graffittis, carteles arrancados y televisores proyectando imágenes de películas de culto para rendir homenaje a las casi 5 décadas de festival y a todo el mundo que ha pasado por ellas, desde el público a los pioneros de las 16 horas de terror que fueron el germen de lo que es ahora Terrormolins.

Así, la exposición se dividió en 5 salas, una para cada década significativa del certamen. En la sala de los 70, se recordaban las iniciales 16 horas de terror, así como en los 80 se lucían con orgullo los primeros archivos fotográficos, sobretodo de las ya tradicionales performances durante la maratón. La sala dedicada a los 90 fue la más sui generis, con un videomapping y una clara referencia a los 8 años en los que el festival dejó de celebrarse, para en la sala de los 2000 reivindicar su vuelta, que en la última sala, la de los 2010, se afianzaba con la unión entre presente, pasado y futuro del festival.

Vermut Literario

La mañana del domingo 7 de noviembre fue especialmente interesante en la Sala Foment, pues el vermut literario que nos ofreció el festival no podía ser más multidisciplinar e interesante, con ensayos sobre la representación queer, la era dorada del videoclub o la posesión demoníaca como concepto cinematográfico; y acompañado de un vermut si se deseaba, claro está, para amenizar la velada.

La primera mesa fue protagonizada por el thriller “¿Quién Vive?” de Josep María Luzan, sobre un preso condenado invitado a una curiosa terapia literaria. “Scream Queer”, de Javi Parra, que repasa la repasa la representación LGBTIQ+ a lo largo de la historia del cine de terror, empezando por “Nosferatu” (1922), de Murnau, abiertamente homosexual, y terminando por producciones recientes como la trilogía “Fear Street” de Netflix, con una protagonista lesbiana en su segunda parte. “VHS, el almanaque del video” de Xavi Sánchez Pons, un recorrido histórico por la era dorada del videoclub y el auge retro/coleccionista de ediciones en video nunca más reeditadas en digital.

Y para terminar, la segunda mesa fue coronada por “Líbranos del Mal” de Antonio J. Navarro, un intenso estudio sobre la posesión demoníaca y los exorcismos como fenómeno cultural, y por lo tanto, cinematográfico, y cómo la Humanidad necesita personificar el Mal como un enemigo a batir, como un avatar de sus propios demonios personales y colectivos. Y la antología de “Entrevistas con directores del cine fantástico” de Alex Aguilera a 52 directores célebres de cine de género como Tobe Hooper, Stuart Gordon o Peter Jackson, algunas de ellas inéditas.

Finalmente, llegó el momento de la proyección de “Viaje al Más Allá” (1980) de Sebastià D’Arbó a modo de retrospectiva, un film realmente interesante y rodado en la Vall de Núria i Ribes de Freser sobre experiencias paranormales dramatizadas, pero 100% basadas en testimonios reales y presentadas a modo de antología de reunión, algo así como un “Cuentos de Canterbury” de Geoffrey Chaucer con tintes de The Twilight Zone. Con sus bagajes de la época —no en vano la película tiene más de 40 años—, la verdad es que sorprendió para bien su buen hacer y su buen ritmo, junto con unos efectos especiales de quitarse el sombrero, sobretodo en la historia de la chica poseída en el colegio de monjas.

Concierto de Bandas Sonoras

Y por último, como no podía ser de otra manera en esta web dedicada a la música, en especial a las bandas sonoras, no podíamos perdernos la bonita iniciativa entre el festival y la Escola Municipal Julia Canals de Molins de Rei, de celebrar un pequeño concierto de 30 minutos de dos bandas de música infantiles, “Cadència de Corda” y “Cadencia de Vent”, con estructuras orientadas a los intrumentos de cuerda, y maderas y metales respectivamente.

Más allá del nivel interpretativo —no olvidemos que los músicos eran niños—, cabe realmente destacar notablemente el nivel de las piezas seleccionadas, pues interpretaron música de cine fantástico y de terror lleno de armonías complicadas y melodías incómodas, como “Halloween”, “Suspiria”, “Candyman” o “Rosemary’s Baby”, aunque hubo lugar para música más agradable y conocida como “La Vita e Bella”, o el medley de la música de la saga “Harry Potter” que significó el fin del concierto.

Conferencia de Alicia Morote “música en el terror”

El concierto de BSO fue un más que buen aperitivo para abrir boca sobre la conferencia de la compositora Alicia Morote, justo a continuación, sobre la música de terror en el cine a lo largo de su historia, un campo que siempre se ha caracterizado por la experimentación con géneros y sonoridades más allá del sinfónico y que siempre acogió excelentemente instrumentos como el trautonio o el theremin, así como instrumentaciones más allá de las épicas orquestales como las corales infantiles o el órgano de iglesia, así como la bossanova o el rock progresivo allá por los años 70 para desembocar en los drones y la música más toxicoambiental de este nuevo siglo.

La charla estuvo muy bien acompañada de explicaciones amenas y poco técnicas para el público general, así como de numerosos ejemplos de películas que ayudaban a comprender las distintas épocas del cine sobre las que Morote hacía hincapié, y donde hasta hace poco, grandes compositores de la talla de Max Steiner, Jerry Goldmisth o Ennio Morricone prestaban sus mentes a cine de género, algo bastante impensable hoy en día.

Y con esto damos por cerrado el repaso a los eventos presenciales a los que pudimos asistir en este Terrormolins XL. Los siguientes capítulos de la crónica estarán focalizados ya en las distintas proyecciones a las que asistimos durante el certamen, de las que ya adelantamos que hay grandes películas que comentar.

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