Asian Film Festival 2020 (1)

PELÍCULAS COMENTADAS
True Mothers
Testigo Inesperado
Revolution Launderette
Buoyancy

Nobody
Another Child
✭✭✭✭✭✭✭✭✩✩
✭✭✭✭✭✭✭✩✩✩
✭✭✭✭✭✩✩✩✩✩
✭✭✭✭✭✭✭✭✩✩
✭✭✭✭✭✭✭✩✩✩
✭✭✭✭✭✭✭✭✩✩

El Asian Film Festival es unode esos certámenes que siempre interesan, por ser cine asiático pero en un formato más independiente que les Nits Orientals de Cinema de Vic. Es genial poder gozar de dos festivales con tantas propuestas asiáticas y tan diferentes, a los que se le sumaría la sección asiática del Festival de Sitges, y que no se solapen las programaciones y tener más variedad de este continente tan interesante, también cinematográficamente. No obstante, el Asian Film Festival se celebra entre Sitges y Terrormolins y suele ser realmente complicado poder disfrutarlo como se merece… hasta este año, donde por la Covid-19 decidieron no suspenderse y trasladarse a Filmin con 40 propuestas de las más de 100 que debían proyectarse en diversos espacios. Y aún mejor que decidieran ampliar la posibilidad de ver dichas películas durante todo el mes de noviembre. Lamentablemente intentar también cubrir Terrormolins y L’Alternativa nos dio poco tiempo para poder gozar de tantas películas, y sólo pudimos ver 11 proyecciones, que resumiremos en esta serie de 2 artículos, con el añadido de True Mothers, la sesión especial del nuevo film de Naomi Kawase y que pudo ser vista en los Cines Girona antes del parón presencial del festival.

True Mothers

Naomi Kawase vuelve en plena forma con un relato que trata la maternidad frustrada con tanta honestidad —tanto dar en adopción como adoptar a un niño— que el hecho que sea demasiado larga casi ni se le puede reprochar. La forma cómo Kawase explica el encuentro, años después, de una familia adoptiva con la madre biológica del niño, y cómo éste despierta recuerdos en forma de enormes flashbacks es bellísima, permitiendo al espectador viajar a través de los recuerdos y entender a las dos partes sin caer en el melodrama. Y encima el final es luminoso a más no poder. Brutal.

Testigo Inesperado (A Witness Out of the Blue)

Siempre es bueno que Hong Kong esté presente en un festival con esos thrillers policíacos tan marca de la casa, y éste no es una excepción, sobretodo con Louis Koo y Philip Keung como protagonistas. Sin embargo, con lo bien hilado que está el guión, es una lástima que el gancho de la película (un loro como único testigo de un crimen) juega un papel demasiado fútil en toda la trama, siendo casi casi un mcguffin. Aún así, la investigación del asesinato del cómplice del atraco a un banco, tanto por la policía como por la propia banda, es interesantísima por el doble juego narrativo, sin olvidarse de la parte dulce/cómica con la residencia donde el jefe de la banda (Koo) se hospeda, lleno de ancianos centenarios y una casera miope como un ladrillo. Divertida y ágil, Hong Kong sigue demostrando que rivaliza con Corea en los mejores thrillers.

Revolution Launderette

Esta película experimental sería algo así como una versión lowcost de la americana Under the Silver Lake. En este film de Singapur, aunque rodada en Tokyo y en japonés con actores japoneses, seguiremos a Tomo y Hiroko, que deciden vivir al día con lo que les queda de una herencia mientras estudian un extraño scrapbook de Hiroko; Revolution Launderette dura sólo 70 minutos, pero su aura de road movie existencial en la búsqueda de un significado al chiste que es la vida se torna tan absurda por un Tokyo entre onírico y oscuro que no sabes si se hace corta o larga.

Buoyancy

Aunque la película sea australiana (y la candidata al Oscar 2020 en habla no inglesa), el film rebosa Asia por todos lados, con la historia de un niño cambodjano que emigra ilegalmente a Tailandia para buscarse un futuro, cayendo en una red de esclavitud que lo tiene anclado (sic) en un barco pesquero. Su lento pero inexhorable envilecimiento está explicado de una forma tan cruda que como espectador no puedes más que entenderlo; y su final es tan profundo que, sin palabras, explica un mundo entero. Brillante.

Nobody

Que una película taiwanesa decida abordar un tema tan tabú como éste, es de aplaudir. La única pega es su sosegadísimo ritmo, que llega a transformar el melodrama en tedio en algunos momentos, pero su mordaz mirada a la hipocresía de la sociedad y el papel de las dos actrices protagonistas es de quitarse el sombrero. En Nobody, las alcantarillas de una familia aparentemente ideal explotan en la cara de una chica de instituto mientras ve cómo su padre tiene un amante, y a su madre le da igual todo mientras las apariencias se guarden. Enfadada con el mundo, encontrará el apoyo (mutuo, por otro lado) en un misterioso anciano que no encaja, ni lo pretende, en el mundo actual. Poco a poco, la muerte en vida del anciano se irá entretejiendo mediante certeros flashbacks que suspiran un encantador y trágico amor LGTB, mientras la gente empezará a sospechar de la extraña relación que tiene con la joven.

Another Child

Película coreana que, en cierto modo, sería una versión más ácida y cruel (y melodramática, claro) de True Mothers. Dos familias: matrimonio distanciado con una hija, y madre soltera con una hija, que la tuvo de adolescente. Cuando las dos chicas, que van al mismo instituto, descubren que el padre de una tiene un affair con la madre de la otra se desencadenará una espiral de autodestrucción mutua sin cuartel pero solemne, guardando las formas pero carcomiendo sus entrañas; y es que la mirada crítica hacia el estatus familiar coreano es tan brutal, que cuando el propio guión te conduce a la sororidad con un suave tono tragicómico no puedes apartar la mirada de la pantalla.

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