Josep-Maria Ribelles, Tradicionàrius y #3

Que un arpista como Josep-Maria Ribelles lance un nuevo disco es siempre una gran noticia, sobretodo con el buen sabor de boca que dejó su anterior Enllà (2017) junto a Kepa Junkera (¡Kepa Aurrera!), y sabiendo que había formado una banda sólida que presentó hace un año en Ondines Sessions 2.0Marina Férriz al violín, Ciscu Cardona a la guitarra y su inseparable Toni Meléndez al bouzouki, a la que ahora se les suma Andrea Fernández a la flauta travesera. Y es que este su tercer disco, llamado simple y enigmáticamente #3, se presenta con esta gran carta de presentación de artistas, a la que se les suma la banda de folk-rock del propio Ribelles llamada Lycankluzh en varios temas, así como las colaboraciones de lujo de Perepau Ximenis al acordeón, Leticia Baselgas al pandero, Pepín de Muñalén a la flauta y el crack irlandés Paul Dooley al arpa antigua irlandesa conocida como clarsach. Todos ellos, un total de 12 artistas a los que sumamos la aparición especial de uno de los hijos de Ribelles, Tristán, fueron los protagonistas del escenario del Centre Artesà Tradicionàrius donde Ribelles presentó su disco por todo lo alto.

Sólo fueron 60-70 minutos, y pasaron en un suspiro, pero sin duda fue de los eventos del año, por la proximidad y honestidad musical del propio Josep-Maria Ribelles, así como por lo variado de la propuesta musical del concierto entre piezas tradicionales, composiciones propias, y lo que el propio artista de Cerdanyola llamaba “experimentos”. Y es que aunque empezaron con “Jota d’Artur”, de un cariz celta embriagador (y donde unos problemas técnicos nos impidieron oír el arpa como debería haber sido), ya con los temas “LaVey’s Polska” y “Bcn-Bzh” salieron a escena los Lycankluz con su bajo y guitarra eléctricos y su batería, junto con los compases de amalgama como el 5/4. Todo un soplo de aire fresco al folk con ese mestizaje rockero de tintes claramente progresivos, y que sería una constante a lo largo del recital con el tema homónimo, que ya presentaron como single hace unos meses y que flirtea con el 7/4, y uno de los temas más sólidos de la noche, “Elf”, también a 5/4.

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Pero no acabaron aquí las canciones nuevas ni las colaboraciones: Perepau XimenisPepín de Muñalén aparecieron para interpretar la complicada de escribir pero deliciosa de escuchar “Isabelentzako fandangoa”, así como una versión nueva de “Ingràvits” junto a Toni Meléndez, o el brutal arreglo de la tradicional “Unreal Reel” a cuatro manos y dos arpas con el clarsach de Paul Dooley. Y ni qué decir de cuando Tristán Ribelles, hijo del arpista, quiso acompañar al bajo a su padre interpretando “Vent de novembre” de su primer disco Ondines Ballen (2012).

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El concierto acabó con unos bises pedidos insistentemente por el público, como “La milana” con Perepau Ximenis al acordeón, y el solo de arpa que fue “El lladre”, con el que Josep-Maria Ribelles se despidió entre aplausos y vítores de un concierto donde las arpas neogóticas y celtas se mezclaban traviesamente con el folk-rock más eléctrico, logrando un mestizaje perfecto entre tradicionalidad y melodías propias en un recital inolvidable plagado de artistas invitados. Y aunque musicalmente todo acabó con “El lladre”, el evento seguía socialmente fuera del Centre Artesà Tradicionàrius, donde la adquisición del disco, con charla y firma dedicada, fue no sólo necesario sino de muy buen recibo. #3 es, sin duda, el proyecto más ambicioso de Josep-Maria Ribelles, y sin embargo, ya en directo supera toda expectativa.

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