Metropolis pt.2, Scenes from a Memory, en Barcelona

Varios miles de personas subimos el pasado 29 de enero de 2020 (un miércoles) al Sant Jordi Club para asistir a una noche de metal progresivo con una de las bandas más icónicas del género, los norteamericanos Dream Theater, quienes comandados por John Petrucci a las guitarras y Jordan Rudess a los teclados, prometían 3 horas de show en los que presentarían su último trabajo, Distance Over Time (2019) y que ya reseñamos hace unos meses, junto con la interpretación íntegra, y en orden, del que para muchos es su mejor álbum hasta la fecha: Metropolis Part 2, Scenes from a Memory (1999), el que se cumplían 20 años y donde Rudess se estrenaba como miembro de la banda.

Con bastante puntualidad y armados con una pantalla gigante en la que se proyectarían animaciones CGI temáticas para cada una de las canciones, empezaba el primer acto del concierto consistente en presentación de ese último redondo mezclado con grandes éxitos, con una canción de Two Steps from Hell, “Atlas”, como intro. Sin duda cuando eres una banda con tantos años de historia y con temas progresivos de larga duración es complicado planear un setlist, y nunca llueve al gusto de todos, pero empezar con “Untethered Angel” (el primer tema de Distance Over Time) y seguir con los épicos 16 minutos de “A Nightmare to Remember” del Black Clouds & Silver Linings (2009), último CD con Portnoy a la batería, fue una auténtica delicia sobretodo al ver cómo Labrie se sobreponía al desastre vocal del primer tema, clavando ese segundo cuarto de hora. Sin embargo, preferir la demasiado típica “Paralyzed” en lugar de tirar hacia el otro single del disco, “Fall into the Light”, para mí fue un error, subsanado al incluir “Barstool Warrior” seguido de los brutales 9 minutos de “In the Presence of Enemies, Part 1” del Systematic Chaos (2007) en concatenación con el último track de Distance Over Time, “Pale Blue Dot”. Y con esos 6 temas y un minutaje cercano a la hora, terminó un primer acto que se sintió más como trámite que como declaración de intenciones de la banda para presentar su último trabajo. Petrucci, Rudess, Myung y sobretodo Mangini a la batería estuvieron brutales toda la noche, y ese primer acto no fue una excepción, pero parecía haber más ganas de Metropolis Part 2 que de nada, tanto dentro como fuera del escenario. Quizá si hubieran incluido “Metropolis Part 1: The Miracle and the Sleeper” de su Images and Words (1992) como final de ese primer acto, enlazando con lo que se venía… pero no. Incluso el bis que se tocó después, “At Wit’s End”, supo a poco después de la catarsis de ese final de Scenes from a Memory que es “Finally Free”, con una cinemática perturbadora y ese ruido blanco…

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Pero no avancemos acontecimientos. Se encendieron las luces, y un hilo musical más propio de los años 20 que de un concierto de metal sonaba por los altavoces mientras Dream Theater se preparaba para ese esperadísimo segundo acto. Quizá media hora de interludio fue excesivo, realmente se hizo muy larga la espera, pero cuando las luces se apagaron, y empezó a sonar el tic-toc del reloj, la gente enloqueció, coreando la cuenta atrás de la sesión de hipnosis regresiva de Nicholas. Y es que durante los siguientes 80 minutos, temazos como “Strange Deja Vu”, “Fatal Tragedy”, “Beyond this Life”, “Spirit Carries On” y por supuesto, la catarsis instrumental que es “The Dance of Eternity” resonaron por todo el Sant Jordi Club con un plus de nostalgia brutales, acompañados de una película animada suficientemente interesante que te hacía dudar si mirar a la pantalla o a los músicos, que narraba los acontecimientos de ese Metropolis Part 2. Sin duda, el detalle del cementerio con nombres en las lápidas de grandes artistas de la música fallecidos en las lápidas, como “Bowie”, “Zappa” o “Cornell”, puso la piel de gallina a más de uno. Y qué decir de Dream Theater: estuvieron en completo estado de gracia, incluso Labrie, que incluso se exigió más de la cuenta, quizá contagiado del éxtasis del público. Sí, falló más de lo deseable, pero también se exigió más de lo esperado, lo que en ese sentido es muy perdonable. Y qué caray, estamos hablando de Metropolis Part 2: Scenes from a Memory.

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