Como cada 30 de diciembre, por el Festival del Mil·leni, es el momento en que el Palau de la Música se vista de gala, pero de una gala especial: la gala del folk de Carlos Núñez como embajador de la música tradicional de tierras celtas, como Irlanda, Asturias, su Galicia, o mi Catalunya. Como ya hizo hace un año en el mismo Palau, y reunido de sus inseparables y habituales Jon Pilatzke, Itsaso Elizagoien, Pancho Álvarez y su hermano Xurxo a la percusión, Carlos Núñez hizo del concierto de este 2019 todo un acontecimiento, y más especial si cabe. Porque además de la colaboración especial de la violinista y vocalista irlandesa Maria Ryan, el gaitero australiano Allen Graves y la agrupación de asociaciones gaiteras Xuntanza de Catalunya, el escenario estaría presidido por un gran piano de cola a cargo de la pianista compostelana Isabel Pérez Dobarro. Y es que Dobarro supondría el factor diferenciador del sonido del último trabajo del gaitero de Vigo, ambientado en el ya presente 2020 que celebra el 250 aniversario de Ludwig Van Beethoven. El título, toda una declaración de intenciones: Celtic Beethoven.
Después del derroche de energía del folk celta y el folk galego que caracteriza a la banda de Carlos Núñez, fue el momento de señalar a la estatua con la que Beethoven preside el Palau de la Música junto a las nueve musas, y con él, dar la bienvenida al escenario a Isabel Pérez Dobarro. Con ella, y focalizándose en la declaración de Richard Wagner acerca de la bailabilidad de la 7a Sinfonía de Beethoven, la banda interpretó diferentes piezas tardías del compositor alemán, cuando incorporó melodías tradicionales de todas partes del oeste de Europa (es decir, folk) a la música del Romanticismo. Piezas tardías que a manos de Dobarro sonaban claramente beethovenianas, para luego Carlos Núñez acentuarles el tono celta de dichas piezas para convertirlas incluso en bailables. Ya he dicho en otras ocasiones que Beethoven no es precisamente de mis compositores clásicos preferidos, pero es de justicia reconocer la labor musical que hizo incorporando esas tonalidades folk a su música, y también el acierto de Núñez y Dobarro de unir sus fuerzas para este gran e interesante proyecto, que aporta mucho más color a la obra del compositor alemán.
Por supuesto, no todo el concierto fue Celtic Beethoven, y prueba de ello fueron la ya clásica interpretación de A Rianxeira, con el público a coro, así como el grand finale con el An-Dro, por partida doble y del que apenas puedo aportar alguna imagen, por salir a celebrarlo al escenario (como ya hicimos el pasado julio en el Festival de Pedralbes en la unión Carlos Núñez + The Chieftains), así como un momento muy especial para alguien amante de las bandas sonoras: y es que conmemorando el 15 aniversario de la colaboración de Núñez con Alejandro Amenábar en su película Mar Adentro (2004), interpretaron el tema principal con Xuntanza acompañándolos a modo de orquesta gaitera en uno de los momentos más emotivos de la noche, que adjuntamos junto a Celtic Beethoven en el video que acompaña a esta crónica.
Dos horas después de gozar de música folk de enorme calidad, y por una vez también de música del Romanticismo, interpretada por unos excelentes músicos y en un sitio tan emblemático, qué mejor que poder fotografiarse con Allen Graves, Isabel Pérez Dobarro y el propio Carlos Núñez. Un buen recuerdo que el próximo 30 de diciembre de 2020 tendrá su relevo, en una nueva cita folk en el Palau de la Música para despedir el año.