Que a un compositor de bandas sonoras como Roque Baños, a quien descubrí en una épica brutal con su música en El Corazón del Guerrero (1999), se le dedique un concierto sinfónico en la ciudad condal es sin duda algo merecido; es uno de los grandes de la música de cine de la península. Y como amante del jazz y del saxofón, su carrera musical ha ido a menudo ligada con las formaciones de banda, con lo que es de aplaudir que la Banda Municipal de Barcelona sea quien haya ideado este recital. Y es un auténtico lujo cuando, además, el propio Roque Baños viene a dirigir la Banda interpretar sus propios arreglos para banda de su música. Eso pasó el pasado domingo 24 de noviembre de 2019, del que guardo los recuerdos de tener una fotografía con el maestro, y el programa del concierto firmado por él mismo.
El concierto se dividió en dos partes, con la segunda y más llamativa formada por suites de algunas de sus composiciones para cine, entre las que destacaba el guiño a nuestra tierra con el mestizo tema principal de Ocho Apellidos Catalanes (2015), mezclando cobla, sardana y flamenco de forma soberbia, y el poema sinfónico de más de 15 minutos sobre Alatriste (2006), de la que la Banda curiosamente interpretó su gloriosa fanfara hace justo un año, en el recital “Ángeles y Demonios”, fanfara que fue objeto de ser el bis de un concierto con un público entregado al compositor de Jumilla. Suites de la bella y drámatica música para 13 rosas (2007) y del divertimento mezcla de The Magnificient Seven (1960) y Bonanza que es su partitura para 800 balas (2002) completaron un setlist variado y bastante representativo de su filmografía, y aunque obviamente no había tiempo para todo, y repetimos, hacen falta reorquestaciones expresas para banda, se echó en falta algo de presencia de sus composiciones para la saga de Torrente, La Comunidad (2001), El Niño (2015) o El Maquinista (2005).
Pero sin duda fue esa primera parte, dedicada a su obra más sinfónica y menos ligada al audiovisual (aunque no desligada del todo), la que fue todo un acontecimiento digno de ser recordado, y un orgullo de haber podido asistir. Como él mismo dijo micrófono en mano, quizá empezar con un pasodoble, y más aquí, no es muy habitual, pero su Nola, composición en homenaje a su abuela, descubrió en Baños un espíritu musicalmente transgresor a lo George Gershwin o Bill Whelan, trazando un pasodoble tan lírico que se entremezclaba con alma de música clásica sin ningún tipo de problema, recordando obras de Granados o de Rodrigo, del que oíamos su Homenaje a la Tempranica justo hace una semana. Pero el estreno absoluto de la suite en tres movimientos Rincones de España, basada en su trabajo compositivo para un audiovisual que repasaba diferentes lugares de la geografía española, fue sencillamente apoteósico. En especial ese segundo movimiento dedicado a Cáceres, donde es capaz de repetir un mismo motivo musical sin descanso, y dotarlo cada vez de una orquestación, de un ritmo, de un color totalmente distinto, a-la Ravel. Dicho movimiento fue el mejor de una composición que, por otro lado, tampoco desmerecía para nada a sus otras dos partes: el espíritu mozárabe con la épica de los metales era brillante en esa apertura del Casino de Murcia, y una suerte de progresivo técnico a ritmo de banda que recordaba, de nuevo, al sinfonismo celta de Bill Whelan revestía su movimiento final, Zarautz. En total, 25 minutos de hermosísima música que dejó al público, entre el que me incluyo, anonadado. Y puedo dar fe de ello, pues me encontré a compañeros del mundo de la música de cine con la que coincidimos de pleno: esos Rincones de España, especialmente Cáceres, fueron lo mejor de un concierto al que asistíamos con el interés puesto más en su música cinematográfica. Sin duda una gratísima sorpresa, que culminó con poder conocer al maestro en persona e intercambiar unas pocas palabras tras el maravilloso concierto.
Para acabar, no quería dejar de dar las gracias a la Banda Municipal de Barcelona por haber programado un recital tan sumamente interesante, agradecido, y con el propio compositor y director invitado al evento al mando de la batuta. Ya el año pasado la Banda se asentó en este género con la ya mencionada interpretación de la fanfara de Alatriste, pero también con la suite de John Williams de Catch Me If You Can, o el repaso a las composiciones de Charles Chaplin, del que hablé incluso en la radio. Espero que esto marque el inicio de una era de música cinematográfica de esta interesantísima formación afincada en L’Auditori y que siempre logra sorprender e innovar.