Nits de Cinema Oriental de Vic 2019 (día 7: Clausura)

Tras una semana en Vic (llegábamos el lunes 15 para la sesión inaugural y, claro, para ver a Jeeja Yanin en directo), llegaba el domingo 21 de julio, día en que finalizaban las Nits de Cinema Oriental de 2019. Y como novedad de este año, no había sesión matutina sino maratón diurna de 3 films, que empezaba a las 12 del mediodía y terminaba hacia las 18:00, cuando empezaría la sesión de clausura con el ya tradicional Tetsudon y su versión local, Vicsudon. Tiempo de impaso en el que aproveché y me hice la fotografía con el japonés más querido por el certamen, y que lleva ya cuatro años asistiendo y desde hace dos formando parte del personal: Reji Hoshino, el alma mater de Tetsudon.

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La maratón tenía una naturaleza muy propia de Cerbero, pues sus tres películas eran como tres cabezas muy independientes entre sí, con un prólogo catalán de espíritu muy de Wong Kar-Wai, con el cortometraje Jezebel’s Spring Rolls (2017), donde la noche musical transforma a dos empleados de una empresa de comida asiática, una directiva y un currante casi anónimo, tanto en vestimenta como en personalidad como en su relación profesional, muy a la japonesa con los karaoke.

De aquí pasamos a una comedia costumbrista japonesa muy absurda llamada Saint Young Men (2018), donde tenemos una extraña pareja compartiendo piso pero llevada a un extremo aparentemente hilarante como que son Jesucristo y Buda de vacaciones. Sin embargo, lo que a priori podría devenir en una sitcom hilarante (tiene momentos que lo son, cierto), tiene en sus inconvenientes un estilo muy loser, un formato de sketches sin un hilo conductor, y un final que no es tal, que conllevan un agotamiento de visionado como espectador. Una lástima porque, aunque algunos gags sobre cristianismo y budismo son muy buenos, no tienen narrativa y están demasiado estirados resultando aburridos.

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Todo mejoraba, eso sí, con la película intermedia, con un Donnie Yen de protagonista y productor ejecutivo de un film familiar (no exento de alguna coreografía de acción) sobre lo que podríamos calificar de un Merlí de Hong Kong. El que en Catalunya y medio mundo ha devenido un fenómeno cultural, ese profesor de filosofía irreverente y con un protocolo de enseñanza y tutelaje muy propios, se convierte en Big Brother (2018) en un Donnie Yen interpretando a profesor de pasado traumático que ayuda a unos alumnos desencantados y con familias desestructuradas, y que como se verá, no reparte únicamente las notas. Humor, acción, y moralejas educacionales forman un cóctel que, a plena hora de la comida, sentó la mar de bien.

Y dicha maratón culminaba con Golden Job (2018), cinta de acción made in Hong Kong con el personal de Young and Dangerous (1996), que vuelven 22 años después en una historia a medio camino entre Mission: ImpossibleJames Bond, en una historia de corrupción empresarial con malvadas industrias farmacéuticas usando niños africanos para probar medicamentos. Todo bien, incluso su alocado y deliberado tono ochentero (con todo lo bueno y todo lo malo que eso conlleva), hasta que deriva en una historia de venganza entre miembros de la banda y pierde su propio espíritu, desembocando en un tramo final más propio de un videojuego tipo Call of Duty que en esa atmósfera de Mission: Impossible que llevaba teniendo hasta entonces. Una lástima porque el film tenía madera de gran producción, con rodajes por todo el planeta y escenas de acción espectacularmente rodadas, pero no quedó bien finiquitado.

Y después de más de 5 horas de maratón, llegaba el turno del Tetsudon y del formato local ideado por el propio festival, el Vicsudon y que permite a la gente rodar sus propios cortometrajes siguiendo el espíritu de la producción de Reji Hoshino: irreverencia, absurdidad, y sobretodo humor, mucho humor. Este año hubo Vicsudon recibió 5 propuestas, entre las cuales destacó y ganó, por voto enteramente popular, Vegan Shinobi, de Ferran Carbonell. Las fotografías de los premiados y de Hoshino ante el letro de Vicsudon no son obra nuestra sino oficiales del festival, hechas por Ivan Font.

¿Y qué decir del Tetsudon, esa antología de cortometrajes entre buenos, malos y horribles? Este año se había programado como última sesión a media tarde, y la razón era porque se había omitido todo erotismo para la edición 2019, y enfocándola a un público más familiar, según el propio Reji Hoshino. Aunque parezca que Tetsudonfamiliar parezca que formen un oxímoron, la verdad es que la promesa se cumplió. No por nada se subtitulaba “rated T for Fools, Idiots and Dummies”; aquí primaba el humor estilo Shin-Chan. Y entre risas, vergüenza ajena, y gritos del protocolario ¡QUIERO MI DINERO!, nos despedimos del cine oriental, de las Nits y de capital de Osona…

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Eso sí, no podíamos dejar de despedir esta crónica sin esta gran fotografía de la noche anterior, pero que refleja tanto todo el personal del festival como el fabuloso equipo de voluntarios que hace posible que, año tras año, las Nits de Cinema Oriental de Vic se hagan realidad y todo fluya de la forma más amable y amena posible. Nosotros ya estamos contando los días que faltan para la edición de 2020…

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