Continuamos con la crónica de les Nits de Cinema Oriental de Vic de 2019 con lo acontecido el segundo día, el dedicado a Tailandia, que empezó a las 10 de la mañana con la sesión infantil consistente en los cortometrajes de animación tailandeses junto a una selección de cortometrajes provenientes del BIKI, el Busan International Kids and Youth Film Festival. Siendo todos totalmente sin palabras, destacaremos Feed, la curiosa historia en CGI de una abuelita de camping alimentando a un curioso animalito, y sobretodo Nine, una maravilla visual sobre un gatito que se pierde en un bosque; mezcla magia, fantasía y terror de forma excelente combinando diferentes estilos de animación para quitarse el sombrero.
Llegando al mediodía regresábamos al núcleo duro de las Nits, que vendría precedido por la presentación del proyecto de Domingo López, Shocking Asia Vol.2. La sección retrospectiva que ya había empezado el día antes con la presencia en Vic de Jeeja Yanin y la proyección de su primer film, Chocolate, continuaría con Born To Fight (1984), clásico entre clásicos y que pudimos ver en pantalla grande gracias a la restauración, a partir de un VHS de calidad bastante limitada e imagen casi cuadrada, de una de las pocas copias que quedan en circulación del debut a la dirección del coreógrafo Panna Rittikrai, descubridor de la citada Jeeja Yanin (que nacería aquél 1984) y del Tony Jaa de Ong Bak, quien precisamente quiso dedicarse al cine de acción de ver esta Born To Fight. Cinematográficamente es muy limitada, pero es indudable su calidad en las secuencias de acción gracias a la colaboración del equipo de Rittikrai con equipos técnicos y artísticos de Hong Kong, llegando al digno nivel de los inicios de Jackie Chan. Y como bonus track, Jeeja Yanin en el Cinema Vigatà firmando DVDs de fans y haciéndose fotos con ellos. Yo incluido 🙂
Primera pausa para comer y prepararnos para el que sería uno de los platos fuertes del festival, y único film del día que no era tailandés sino chino: el debut de Tang Gaopeng que triunfaría como mejor película en los Shanghai Asian New Talent Awards. The Road Not Taken es un film de ritmo tranquilo y un paisaje estéril de la china rural, muy en la línea de esa maravilla que se proyectó en las Nits del año anterior, Wrath of Silence. Así, The Road Not Taken se descubre como una road movie muy personal con dos grandes núcleos: la relación entre un loser de la china rural y un niño, y el cómo las decisiones tomadas nos llevan a un destino u otro. Esto último puede parecer algo trillado pero en este caso es la guinda de un pastel de imprevistos tejido de forma muy especial, sin seguir ningún orden, desde la anécdota más anodina hasta un asesinato o huida de una tríada, y que encima nos permiten vislumbrar como espectador y de una forma totalmente fría y calculada los destinos que se va perdiendo nuestro protagonista cuando toma una decisión u otra.
Y de una de las perlas de estas Nits 2019, a una de las decepciones del certamen con Homestay, remake tailandés de la inolvidable Colorful (2010) de Keiichi Hara que por desgracia es demasiado consciente de ser el blockbuster del año en Tailandia orientado claramente a una audiencia teen. Técnicamente es impecable y cuando el guión se pone mágico y policíaco es genial, pero se desvirtúa el argumento original del anime japonés en que se basa mediante el añadido de una previsible y lenta historia de amor y un miedo horrible a profundizar en los problemas que suceden alrededor del protagonista, y que son la clave para que el film tuviera mucho más empaque. Entretenida lo es y mucho, pero promete más de lo que da.
Por suerte el día (o la noche, mejor dicho, por algo estamos en las Nits) acabaría por todo lo alto con una de las proyecciones más festivaleras de la programación, la también tailandesa The Pool, luego de haber saboreado la cena tradicional del país y las danzas del país del Muay Thai, así como la entrega del Gran Premio Honorífico a Jeeja Yanin ante la multitud acercada a la Bassa dels Hermanos aquella noche.
Los guiños del mejor cine de intriga, así como detalles visuales que recordarán a la saga Saw y un guión absolutamente al servicio de la Ley de Murphy, donde si algo puede salir mal irá aún peor, son los ingredientes de The Pool. Una piscina vacía de seis metros de profundidad. Una pareja atrapada en el fondo. No hay salida. Y un inesperado depredador entra en escena. El resultado: los 90 minutos más entretenidos, divertidos y que más aplausos arrancó de la gente congregada en la Bassa durante las noches del festival, muy al nivel del Shaolin Soccer del año anterior.
Y con los ánimos exaltados nos dirigíamos a la cama de la habitación del Seminari de Vic, para reponer fuerzas y al día siguiente a las 10:00 volver a estar al pie del cañón con un (el enésimo) film de animación sobre Son Goku. Perdón, quería decir el Rey Mono.