Aunque este espectáculo ya estuvo presente en Barcelona el año pasado, no por ello dejaba de ser menos interesante. Dragon Ball Symphonic Adventure regresaba a la ciudad condal el pasado 11 de mayo de 2019 capitaneada de nuevo por la Orquestra Simfònica del Vallès y de nuevo también con la inestimables apariciones estelares de Hiroki Takahashi, el cantante de la Dragon Ball original. No hubo tanto fanático de la serie ni legiones de espectadores luciendo cosplay como hace un año, pero el Auditori CCIB del Forum de Barcelona gozó de una platea llena y dispuesta a disfrutar, aunque no hubiera diferencia alguna con el espectáculo de 2018.
Y es que el siglo XXI ha supuesto el auge en Barcelona de los conciertos de bandas sonoras de cine (la misma OSV está especializada en este tipo de eventos, de los cuales les he cubierto tanto formato de cámara como sinfónico), algunos de ellos incluso con proyección de película en pantalla gigante (recientes son los los casos de The Return of the King con la OBC, o Vertigo con la OCM). Incluso poco a poco el terreno de los videojuegos ha empezado a cobrar importancia con casos como Video Games Live, conciertos dedicados a franquicias como The Legend of Zelda: Symphony of the Goddesses que visitó la capital catalana 3 años seguidos, así como franquicias de conciertos de sagas como Final Fantasy, que goza de Distant Worlds y A New World, formatos sinfónicos y de cámara con recientes lanzamientos comerciales reseñados hace escasos días. Y precisamente Overlook Events (en coalición en el Estado con Oroneta Events), responsable de las giras de conciertos de Distant Worlds y A New World (entre otros), abrió el campo sinfónico a las series (camino que siguió también el año pasado Game of Thrones Live Concert Experience) empezando por aquella que abrió el mundo otaku a escala global: Dragon Ball de Akira Toriyama con la música de Shunsuke Kikuchi, una leyenda viva de la música para anime que sus casi 90 años sigue en activo. Compositor tanto de Dragon Ball como de Dragon Ball Z, también hizo la banda sonora de Doramon, Dr Slump, fue co-compositor de Mazinger Z e incluso fue quien musicalizó esa serie animada para auténticos nostálgicos llamada aquí La Vuelta al Mundo de Willy Fog.
PRIMERA PARTE: DRAGON BALL
Los tambores taiko dieron el pistoletazo de salida a la primera aparición, con su clásica chaqueta blanca, de Hiroki Takahashi para cantar con la Orquestra Simfònica del Vallès el opening de Dragon Ball, la original, la “anem-la a buscar, la bola de drac” pero en japonés. A partir de ahí, diferentes suites sinfónicas con claros toques de rock sinfónico se fueron sucediendo, en una sincronización perfecta con los audiovisuales que se proyectaban en la pantalla gigante gracias a la labor de dirección de Adrián Ronda y que, apoyándose en la nostalgia y en el fervor del público, iba narrando cómo Son Goku se encontraba con Bulma, Mutenroshi, Krilin y compañía, usando cada una de las sagas de la serie como movimientos de la suite, empezando por Pilaf, y terminando por Piccolo (nuestro Satanàs Cor Petit), sin descuidar todos los episodios con Red Ribbon, sobretodo con el icónico General Blue (que arrancó calurosos aplausos entre el público) y el despiadado Tao Pai Pai. En el siguiente vídeo podéis comprobarlo vosotros mismos.
SEGUNDA PARTE: DRAGON BALL Z
Si bien Dragon Ball es la más querida por su tono más de comedia y sus locas aventuras y fue recibida con incluso más cariño, es con Dragon Ball Z que el fenómeno fan llegó a ser total con el origen de Son Goku como “guerrer de l’espai” o saiyan. Si la primera parte estaba dedicada a toda la música de la Dragon Ball original (lástima que tanto en 2018 como en 2019 el programa ignorara ese maravilloso ending “tot és molt fabulós, misteriós, somiador…”), la segunda parte estaría dedicada a la saga de los grandes villanos, cerrando la era Toriyama y que empezaría con Hiroki Takahashi de nuevo al frente del escenario con ese mítico ChaLa Head Cha La. Las sagas de Radix, el mundo de Kaito y Vegeta se sucedieron con gran recepción del público, con un tono más emocional que divertido, que derivó en éxtasis con la saga de Freezer y la transformación de Son Goku en supersaiyan. Y aunque hubo todo un tramo final enormemente épico con toda la saga de Buu y Majin Buu, el momento de oro sin duda se lo llevó la saga de Cell, nuestro querido Cèl·lula, con Takahashi en el escenario interpretando la versión entera de “un ocell se’n va volant”. Esa Unmei no Hi~Tamashii VS Tamashii~ que suena en el capitulazo que aún todos tenemos en la memoria, con la segunda transformación de supersaiyan y el kamehameha de Son Gohan vs Cell con Hiroki Takahashi puso los pelos de punta a todo el Auditori del Forum que estalló en euforia.
Pero sin duda el momento estelar de la noche llegó al final con los bises, cuando Hiroki Takahashi hizo subir al escenario a Jordi Vila, invitado de excepción junto a Joan Sanz (la voz catalana de nuestro amado Vegeta). Siendo Vila quien cantara el opening de Dragon Ball en la versión catalana treinta años atrás, y siendo Takahashi el cantante original de dicho opening en Japón, creo que sobran las palabras para describir lo que pasó; mejor verlo en video:
La OSV estuvo impecable durante las 2 horas y media que duró todo el concierto, siendo además muy conscientes del fanservice que proporcionaban sin que su interpretación se viera mermada entre aplausos y vítores casuales en determinados momentos. Y aunque el concierto no tuvo el aura otaku y friki a raudales del año pasado (inolvidable ver todo el Auditori CCIB mayormente en cosplay levantando los brazos para ayudar a Son Goku con la Genki-Dama y derrotar a Boo), es incuestionable cómo Overlook Events y Oroneta Events han logrado crear un brutal viaje en el tiempo a nuestra niñez con Dragon Ball Symphonic Adventure haciéndonos revivir como nunca la historia integral de Son Goku a través la música de Shunsuke Kikuchi y los músicos de la Orquestra Simfònica del Vallès en frente de una pantalla gigante proyectando las míticas imágenes de Dragon Ball.