Por muy cinéfilo que se sea, uno tiene sólo dos ojos y dos orejas, y el día 24 horas, de las cuales 8 muchos de los días se trabaja. Pero cuando en 13 días, del 23 de abril al 5 de mayo de 2019 se dan cita 3 festivales de cine distintos (sí, tres), y dos de ellos en la ciudad condal, el Festival de Cinema d’Autor de Barcelona y el BCN Film Fest, uno tiene que rendirse a la limitación física y temporal (el otro es el Sant Cugat Fantàstic, del que sí lograré hacer crónica en unos días). Así que pude ir poco a estos dos festivales, pero fui, que es lo importante. Y el surrealismo casualmente imperó en todos mis pases.
Inauguración del D’A
El 25 de abril, jueves, era el día de la sesión inaugural del el Festival de Cinema d’Autor de Barcelona, primer y único día que pude ir al D’A, poquísimo en comparación con el año pasado. La película en cuestión: L’homme fidèle, “Un hombre fiel”, tragicomedia francesa de Louis Garrel coescrita por él mismo y por Jean-Claude Carrière, uno de los grandes nombres del surrealismo francés, y colaborador de Luis Buñuel en el pasado. La sesión llenó las butacas de la gigante sala 5 de los Aribau Multicines para ver la película y a su director, presente en el acto y que mostró un grandísimo sentido del humor con los fallos de amplificación de los micrófonos de la sala, así como cuando llamó por teléfono a Carrière por teléfono y lograr comunicar al público con él. Todo fresco, sorpresivo e inesperado, como la propia historia del film que nos ocupa.
La premisa de esta L’homme fidèle es asombrosa: una chica (una espléndida -en todos los sentidos. Laetitia Casta) le dice a su novio (Louis Garrel, su marido en la vida real) que está embarazada, pero no de él; que se casará con el padre en pocos días, y que no hay prisa pero que debería abandonar el piso que van a vivir ellos dos ahí a partir de ahora. Se pierden la pista, y nueve años después los dos se reencuentran en el entierro de la muerte prematura del marido, sumándose el “famoso” hijo y la hermana pequeña del difunto, que está enamorada del protagonista (Lily-Rose Depp, instagramer e hija de Johnny Depp). Tranquilos, que no hago spoiler. Todo esto pasa en los primeros 5 minutos de película. Lo que ocurre a partir de ahí es una bajada sin frenos sobre cuatro personajes totalmente desubicados y disparatados, creando uno de los triángulos amorosos más absurdos y atrayentes de los últimos años gracias a los toques surrealistas de la psique y los actos de ellos tres entre ellos mismos. Recomendable film que sorprende más de una vez por la frescura de su guión, y porque sabe cuándo se acaba su mood, finalizando a los correctísimos 80 minutos.
Penúltimo día del BCN Film Fest
Respecto el BCN Film Fest, sólo pude acercarme a los Cines Verdi una tarde, la del lunes 29 de abril y penúltimo día de festival, donde pude asistir a dos proyecciones consecutivas, el film indie norteamericano Dulcinea, escrita y dirigida por el español David Hebrero, que asistió a la presentación con parte del cast & crew de la película, y An Accidental Studio, un documental hecho por y para fans de Monty Python ya que sobrevuela toda la historia de sus padrinos en la productora Handmade Films.
Dulcinea es una comedia romántica que, al igual que L’homme fidèle, empieza con cinco minutos brillantes donde conoceremos a Connor, un amante de Don Quijote de la Mancha. En estos 5 minutos todo derivará en un descenso a los infiernos de nuestro chico: su novia le deja, su trabajo es una mierda, ha perdido a su madre… con un repunte fantástico y surreal: la terapeuta del chico del corazón roto se apiada de él y le da un anillo que le permite viajar a cualquier lugar del mundo, con una única regla: no repetir lugar. Obviamente, nuestro protagonista repetirá lugar cuando conozca a una chica en Madrid, y cual Don Quijote, ¿o quizá cual Sancho? Connor deberá luchar contra la realidad y un mundo de fantasía. Quizá decae demasiado hacia el tercer cuatro del metraje, pero su primera mitad y sus minutos finales son muy buenos.
Por último, An Accidental Studio es un documental cuya baza es el gancho de los Monty Python y cómo la amistad de Eric Idle con el ex-Beatle George Harrisson hizo que el segundo creara Handmade Films, la productora para que el cuarteto humorístico de lo surrealista pudiera filmar Life of Brian. Con imágenes de archivo de los films donde la productora invirtió, así como la gente involucrada como los Monty Python en sí mismos, George Harrison, Denis O’Brien, directores y actores que cuentan lo bien que trabajaban con una productora que no husmeaba en los rodajes, y así a lo largo de un exhaustivo repaso a los 11 años de vida de HandMade Films, considerada la responsable de una de las eras creativas más poderosas y surrealistas de la industria cinematográfica británica.
Con esto concluyen mis andanzas por dos festivales de cine que se merecían más, pero cuyas proyecciones vi fueron más que recomendables. Espero que en 2020 mi presencia en ellos cambie.