Marcel Ortega i Martí es el director invitado por la Banda Municipal de Barcelona en un concierto que él mismo definió como un homenaje a la leyenda de Sant Jordi, tan cercana en fechas (9 días antes). Así, como de un viaje temático acerca de los conceptos de las fantasías medievales, Ortega programó Huntingtower, de Ottorino Respighi, una marcha solemne sobre la fortaleza del mismo nombre, levantada en Escocia en el siglo XV. Philip Sparke, uno de los autores más prolíficos actualmente para Banda, es el escogido para el concepto de “viaje” con su The Unknown Journey, donde se dejó él mismo llevar por unas sencillas frases melódicas y compuso esta pieza sin saber donde llegaría: a un sorpresivo final homenaje a La Valse de Maurice Ravel.
De Escocia e Inglaterra vamos al otro lado del mundo, China, donde la compositora china Chen Yi, afincada en USA donde aprendió bajo asilo político composición occidental, firmó esta Dragon Rhyme, una suite en dos movimientos donde el contraste del simbolismo del dragón como el mal en occidente y a la buena fortuna en oriente cobran vida en una de las piezas más interesantes que he oído recientemente para banda. Y para terminar, el rol del amor entre el caballero y la princesa con el Preludio y la Muerte de Amor de la ópera de Richard Wagner, Tristán e Isolda. 18 apoteósicos minutos donde la música wagneriana en su máximo esplendor romántico cobró vida en la sala Oriol Martorell de L’Auditori. Una lástima que quisieran acabar con Wagner y no con el bis que había planeado, el tema de Mononoke Hime de Joe Hisaishi, pues habria significado la primera vez que oiría música de uno de mis compositores preferidos en directo…