#ElFilmSemanal: Mule

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Mule ha sido declarada por él mismo como su última película como actor (que no como director). Y es que a sus 88 años, Clint Eastwood dirige y protagoniza un drama inspirado (que no basado) en el caso real de Leo Sharp, un veterano de la WWII de origen mexicano que tras el retiro militar se dedicó a cultivar lirios hasta que, a los 60 años y al borde de la ruina, empezó a trabajar para el Cártel de Sinaloa introduciendo paquetes de droga en Estados Unidos con su pick-up hasta que la DEA lo detuvo con 90 años y lo condenó a la cárcel.

Como película funciona, es correcta, pero dista de ser incisiva, socialmente crítica o profunda como lo que, conscientemente o no, es su film espejo, Gran Torino (2008). En ambos films Eastwood interpreta a alguien más bien inadaptado y muy arisco, pero mientras que en Gran Torino está enfadado con el mundo, en Mule le importa más su círculo social que su familia. En Gran Torino es retrógrado y fascistoide mientras que en Mule se lleva bien tanto con americanos como con mexicanos. En Gran Torino detesta a su familia, quienes no muestran un amor sincero sino más bien interés (sobretodo su nieta), y en Mule es su desgana hacia ellos la que ha hecho que todos, excepto la nieta, lo hayan proscrito; él, Earl Stone, es quien los quiere más por interés en este caso. Y entre ellos, a destacar muy especialmente los papeles de hija y exmujer, interpretradas por la hija real de Eastwood, Alison, y Dianne Wiest, actriz que durante los 80 y los 90 trabajó bastante con Woody Allen. A su vez, Lawrence Fishburne Bradley Cooper hacen de agentes de la DEA en papeles neutros y sin profundidad, así como Andy García es el jefe del Cártel, con el que curiosamente el espectador empatiza un poco más de lo esperado.

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En cuanto al tono y a la historia, la trama del personaje de Eastwood como contrabandista y el arco de transformación de personaje hacia su familia es lo más interesante y mejor logrado de un film que intenta disfrazarse de “policías y ladrones”, con una subtrama entre jerarquía del Cártel que importa más bien poco, y un esbozo de una subtrama con la DEA que aún importa menos. En Mule el que importa es Clint Eastwood, o su personaje, o cómo ambos parecen mimetizados en relación a su aportación al mundo: casi podríamos decir que Mule es un testamento metacinematográfico del Clint Eastwood actor (westerns, Harry el Sucio) con un personaje desubicado, totalmente anticuado (Earl Stone no sabe ni enviar un sms con los móviles con el que le contactan) y alejado del mundo actual en el que vive, en busca de redención. Si la consigue o no, y a qué precio, es algo que no destriparé; que la gente descubra el gran tercer acto que rubrica esta notable, pero no excelente película. Quizá es que Clint Eastwood nos tiene malacostumbrados.

MULE
(USA, 2018; dtor: Clint Eastwood)
Tono
Guión
Montaje
Actores
Sonido
Música
Foto
Visuales
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