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Entré en el mundo del metal hace casi 20 años con los entonces llamados Rhapsody, que lanzarían en breve su Dawn Of Victory (2000). Con el cambio de nombre a Rhapsody Of Fire, mitosis en RoF y Luca Turilli’s Rhapsody y escisión de Fabio Lione incluidos, el pasado 22 de febrero de 2019 salía a la venta su esperado 12o álbum, The Eighth Mountain, junto con el recién nuevo lanzamiento de Dream Theater, un fin de semana musicalmente muy interesante. Y aunque ya se lanzó el recopilatorio/regrabación Legendary Years en 2017 con la actual formación (que sólo incluye como miembro original al teclista y co-compositor Alex Staropoli), e incluso hubo una gira en la que estuvimos, este The Eighth Mountain es el primer álbum de estudio con Giacomo Voli como vocalista y Manu Lotter a las baquetas. Y el resultado, con ese bonito e interesante artwork, es satisfactorio… a medias. Porque una cosa es volver a las raíces sonoras de la Emerald Sword Saga (es decir, hasta 2002), y otra es abusar de temas épicos a doble bombo olvidándote de la orquestación. El primer single de adelanto, The Legend Goes On, fue un brutal ejercicio de power metal épico, pero cuando ves que es el más brutal en conjunción con la turilliana Clash of Times, con esa familiar escala barroca, choca.
No es desalentador como Dark Wings of Steel (2013), el primer álbum sin Luca Turilli y donde casi todo eran medios tiempos sin epicidad y apenas doble bombo, pero el álbum entre ellos, Into The Legend (2015), es superior en casi todos los aspectos. De hecho es algo frustrante cuando llegas al último tema, Tales of a Hero’s Fate, y piensas “así es como debería haber sonado todo el cd”, y no sólo por el epiquísimo outro, con coros élficos a-la Howard Shore y la atronadora (y póstuma) voz de Sir Christopher Lee narrando el preludio de una nueva saga que empieza, poniéndonos la piel de gallina, sino también por el brillante uso de los coros a lo largo de la canción, el amplio registro que muestra Voli, y la potencia de todo el tema en sí.
Y eso es porque el inicio del CD no tiene la fuerza ni la orquestación que deberían (siendo Rhapsody Of Fire, entendámonos), y pocos temas despegan con ese poderío al que nos tenían acostumbrados, en parte por esa extraña producción made in Alex Staropoli, con la orquesta y el coro de la Bulgarian Symphony Orchestra poco cohesionados sonoramente con el resto de la banda, casi de fondo; con todo, y después de una interesante intro y un tema de apertura que es un “sí pero no” por pobre orquestación y un tono musical demasiado plano, Seven Heroic Deeds, no motiva llegar inmediatamente a los dos últimos singles, Master of Peace y Rain of Fury; en total tres temas rápidos con omnipresencia del doble bombo, com abuso de la pentatónica y apenas apariciones de la orquesta o el coro, todo muy monótono sin color. Mal comienzo.
¿Es The Eighth Mountain, pues, mal cd? En absoluto, y el ecuador del disco lo demuestra: el inesperado medio tiempo sinfónico de White Wizard es un soplo de aire fresco y nos recuerda que sí, que Rhapsody of Fire graba con una orquesta real y sabe usarla; y después de la maravillosa balada power-medieval Warrior Heart, la semi-progresiva The Courage to Forgive junto a la extensa y épica March to the Tyrant, de 9 minutos y con un maravilloso reprise de Warrior Heart en el interludio, demuestran que Rhapsody of Fire sabe hacer las cosas. Lo mejor del disco junto con el cierre Tales of a Hero’s Fate, sobretodo por la maravillosa e impecable voz de Giacomo Voli, quizá no tan personal como la de Fabio Lione, pero sin duda con la gracia lírica de éste y el registro infinito de Olaf Hayer. Pero podría haber sido una gran obra con una mejor conciencia hacia mejor empaque sonoro y no tanta obsesión con temas rápidos clónicos. En este sentido me recuerda mucho a The Shadow Theory de Kamelot, con una segunda mitad de disco genial y un comienzo demasiado “al uso”. Es imposible sentir como, de los 12 cortes del CD, 3 o 4 no aportan nada musicalmente hablando más que monotonía, y casi estorban la experiencia de los temazos que hay en el álbum.
Respecto al packaging, yo personalmente adquirí la edición coleccionista limitada a 500 unidades y me llegó un día antes de la salida a la venta oficial, que contiene la camiseta del álbum y un póster con la interesante cover, así como la narración póstuma de Sir Christopher Lee que aparece al final de Tales of a Hero’s Fate, y un certificado de autenticidad de la edición, en una gran y bonita caja, sumando puntos al producto por el módico precio que tiene.
THE EIGHTH MOUNTAIN
Symphonic Metal
(Rhapsody of Fire, Italia, 2019)Composición
Producción
Interpretación
Interpelación
Duración
Ordenación
Packaging
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CANCIÓN TOP✭✭✭✭✭✭✭✩✩✩
Tales of a Hero’s Fate