Octubre es el mes de inauguración de temporadas musicales: en menos de 15 días he iniciado mi travesía melómana en L’Auditori con Jurassic Park Live in Concert y en el Liceu con la sublime Candide de Leonard Bernstein, y ahora es el turno del maravilloso inicio de temporada de la Banda Municipal de Barcelona este pasado domingo 23 de octubre de 2018, que simbolizaba el relevo de dirección de Salvador Brotons a José Pascual-Vilaplana, quien quiso rendir homenaje a su predecesor empezando un concierto que se alargó más de 2 horas con el Cerimonial que el mismo Brotons compuso en 2012, una pieza complejísima que bien podría pasar por una monumental pieza de acción de John Williams para un blockbuster de Hollywood por su juego con la percusión, los metales y los xilófonos. Seguidamente, uno de los dos platos fuertes del concierto vino de la mano (o de las manos, mejor dicho) del concertista y compositor Albert Guinovart, que interpretó magistralmente los Tres Movimientos para Piano y Banda del recientemente fallecido compositor belga André Waignein, tres excelsas piezas musicales que desconocía pero me enamoraron al instante en una media hora embriagadora y llena de emotividad.
La segunda parte del concierto estuvo dedicada a Shakespeare y su romanticismo trágico, primero con la música que Alfred Reed recompuso como suite de su propia banda sonora teatral para la representación de Hamlet, para acabar con la Overtura Fantasía “Romeo y Julieta” de Tchaikovsky, 20 minutos sin descanso que son una auténtica montaña rusa de fatalidad, belleza, armonía y complejidad instrumental, sobretodo con ese tramo final que luego se repitió a modo de bis y que Pascual-Vilaplana dirigió con una presteza enérgica increíble, con una Banda que rebosa calidad por sus cuatro costados, desde la percusión al arpa pasando por todos los vientos y metales.
Gente de pie ovacionando a unos músicos y una formación que prosiguen su imparable franquicia de conciertos que juegan con la temática sonora o conceptual ofreciendo programas en los que conviven piezas inmortales con otras igual de bellas pero mucho más desconocidas, para ofrecerlas a una audiencia ávida de descubrimientos. Si la pasada temporada fue emocionante, ésta no promete ser menos.