Nits Orientals de Vic 2018 (y parte 4)

En la tercera parte de la crónica de la 15 edición de las Nits Orientals de Vic dejamos lo mejor del penúltimo día para empezar con energía esta última parte del repaso a lo vivido en este festival que conjuga como nadie cine, música y cultura asiáticas. Y de qué manera.

Día 5: sábado 21 (continuación)

Si el viernes China sorprendía con un film tan oscuro y deprimente como The Looming Storm para la sesión de las 18:00, la sesión de la misma hora del sábado le iba completamente a la zaga, generando un díptico interesantísimo con The Wrath of Silence (2017). La premisa de un niño desaparecido en una zona rural montañosa de la China continental al que su padre, que vuelve de la ciudad de trabajar ahi durante meses, decide salir a buscarlo con sed de venganza, puede parecer que estamos ante un film del género más de Donnie Yen, pero nada más lejos de la realidad. The Wrath of Silence, que hace referencia a la mudez del padre (un Wu Jiang espléndido, furioso pero temperado únicamente usando expresiones faciales), es un film noir, muy cercana al western americano a modo de road movie que lleva a nuestro protagonista a realizar un viaje a través de las clases bajas (algunas por posibilidades, otras por moral) del mundo rural chino. El ritmo pausado, con una espléndida fotografía de unos paisajes naturales que cautivan al espectador occidental (y que recuerdan a los de The Good, the Bad, the Weird (2008), la revisión a la coreana del clásico de Sergio Leone), y muchos personajes de pocas palabras, relata la soledad y el desamparo de las clases sociales bajas en un país como China. Impresionante.

Y de esta magnífica cinta salimos al aire libre, a la Bassa dels Hermanos, para disfrutar de la noche india. Lamentablemente el riesgo de lluvia hizo cambiar el programa y el horario, con lo que no pude disfrutar del concierto en la Bassa de Markus & Shahzad Santos Khan, cuatro músicos que combinan la música electrónica y las canciones Qawali ya que se hizo en el Casino de Vic a la misma hora que la citada The Wrath of Silence. No obstante, sí que pudimos disfrutar de la exhibición de danzas indias a cargo de la escuela Nataraja Dance de Barcelona, de la que podemos ver una muestra en el siguiente vídeo exclusivo:

Y de nuevo por riesgo de lluvia, en lugar de ver semejante epicidad india al aire libre en la Bassa dels Hermanos, el festival decidió retrasar la proyección de Baaghi 2 media hora y trasladarla al Cinema Vigatà.

Lleno hasta la bandera, la sala grande del Vigatà se preparó para presenciar el blockbuster del festival. Si el público de las Nits ya alucinamos con Tiger Schroff en 2016 con la primera parte de la brutal Baaghi y en 2017 con la premiére mundial de la fenomenal Munna Michael, este 2018 volvíamos a tener ración de Tiger con la secuela de Baaghi, situada unos años después. Envuelto en una trama de corrupción y engaños que involucra al gran amor de la primera película y a su hija, Tiger deserta del ejército indio para hacer frente él solo a todo el hampa de la India, fortaleza armada incluida. Baaghi 2 es un festival de tiros, explosiones, peleas imposibles, números musicales, amor, humor, drama… en poco más de dos horas que pasan en un suspiro y que arrancaron tantos aplausos que a mí me dolían las manos al finalizar la proyección. Alucinante.

Pero aquí no acababa la noche. Sin movernos del Cinema Vigatà, era hora, fideos instantáneos Maggi en mano (y boca), de la noche erótica, la sesión Categoría III, compuesta por un divertidísimo cortometraje de GIGA (los responsables de Heroes Unite, vista dos días antes en el festival) sobre unas justicieras adolescentes que imparten justicia en su instituto ante la permisividad de tocamientos por parte del personal del centro; que lo hagan tapadas con ropa interior en la cabeza, haciendo top-less y en braguitas hace de Mabo-Gyan V un corto de lo más absurdamente divertido. Y mención especial para la segunda aparición (por segunda noche consecutiva después de presentar su Sex Note en el Tetsudón la noche anterior) de Iván FernándezAureli del Pozo para presentar su proyecto Devil Dead 2, del que nos enseñaron su loquísimo teaser trailer:

Lamentablemente no puede decirse lo mismo del largometraje erótico, un soft-core japonés de sólo 70 minutos, pero parecen 140. Aún siendo un remake del clásico de 1977 The Yellow Handkerchief de Yoji Yamada, las escenas eróticas de Big Boobs Sisters: The Yellow Panties of Happiness (2016) con monjas (sí, monjas) maduras con un tipo bastante alejado de lo considerable como atractivo son precisamente bastante antieróticas. Cuando en un film de estas características es más interesante su argumento que las escenas “clave”, es que algo falla. El público se lo tomó de la forma más divertida, y junto con algunos asistentes que recibieron packs regalo por venir disfrazados de sacerdote o monja, los comentarios de platea hicieron de la proyección algo disparatado, de agradecer a esas horas de la noche.

IMG_1140

Y así concluía el penúltimo día del festival, y tercer de ellos consecutivos “culpable” de tenerme en vilo hasta casi las 4 de la mañana. Pero sarna con gusto no pica, y quedaba tan sólo un día de festival, en el que por suerte no había sesión matutina a las 10:00 con lo que dormir hasta tarde no implicaba perderse nada…

Día 6 y último: domingo 22

Qué gran día fue ese último día de las Nits. Pobremente entorpecido por el atentado de un coche en la Plaça de la Vila de Vic, ataviada de cruces amarillas por motivos externos al ámbito de esta crónica, el día empezó con un wûxià, el segundo del festival después de Monster Hunt 2: la coproducción entre Hong Kong y China The Golden Monk (2017), obra de Wong Jing (el artífice de la saga From Vegas to Macau, cuya segunda parte pudo verse en las Nits hace unos años, y de Colour of the Game, vista en el festival este año), es una comedia dentro del género fantástico y espiritual tan común en Asia.

El amor prohibido entre un monje budista con poderes sobrenaturales y un hada provoca que éstos sean expulsados del cielo durante 1.000 reencarnaciones y obligados a olvidar su amor. El hada escoge no olvidarle y le persigue durante siglos, hasta que llega a la última reencarnación, un joven monje budista que es la última esperanza para una ciudad invadida por monstruos del inframundo. Quizá The Golden Monk no sea un wûxià redondo pero es uno más que correcto, con esa dosis de acción y criaturas de diferentes mundos mezclada con un historia de amor imposible que tan bien sabe congeniar la cultura cinematográfica china con perlas de humor muy bien integradas.

Hora de la última comida en el marco de las Nits Orientals de este 2018, y de vuelta al Cinema Vigatà para ver una película entrañable, dulce y muy bien llevada como Namiya (2017), donde tres jóvenes se cuelan en una tienda abandonada cuyo antiguo dueño regalaba consejos a quien se los pedía; ahí descubren que el buzón de las cartas es un portal temporal que une el presente con el año 1993, y eso desencadena un intercambio de cartas que conllevará una conexión con el pasado y el presente de los tres jóvenes. A modo epistolar, Namiya narra los consejos del viejo tendero a modo de capítulos a partir de varios personajes secundarios con los que tejerá una historia que involucrará tanto al tendero consejero (un Jackie Chan que deja las artes marciales de lado para este maravilloso papel) y los tres protagonistas. La película es la adaptación de la novela japonesa The Miracles of the Namiya General Store de Keigo Higashino, aunque el argumento del film sólo coge la base del libro para cambiar la historia, colocando un orfanato inédito, pieza clave entre las dos líneas temporales y los tres protagonistas. Aún así, la película es muy amable, muy bien llevada y con un tercer acto muy emotivo. Notable película, muy de despedida, ideal para el último día de Nits.

Porque el festival se acababa. Tan sólo quedaba la ceremonia de clausura, con la entrega de premios (donde Colour of the Game se llevó el premio del jurado, y Bad Genius los del público y de la crítica) junto con la primera edición del Vicsudon, concurso apadrinado por Reji Hoshino y que anima al público a rodar cortometrajes en clave del humor absurdo y pasado de vueltas de Tetsudon. Con premios para los tres mejores cortos, donde una votación popular dio como ganadora a la nueva wonder woman catalana, la Supertorellonenca, los cortos tuvieron un excelente nivel (dentro del nivel que es ya Tetsudon), con lo que puede decirse que los participantes supieron captar muy bien la esencia de lo que significa Vicsudon. Creo que Hoshino estaba realmente orgulloso del monstruo que ha creado en Osona…

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

Y ahora sí, la película de clausura, la conjunción perfecta entre Crows Zero (2007) de Takashi Miike con Scott Pilgrim vs the World (2010) y una pizca de Dead Poets Society (1989): en Fist and Faith (2017) nos encontramos en la china de los años 50 ocupada por los japoneses, donde una revuelta estudiantil silenciosa que lee libros prohibidos de historia china será el germen de una batalla campal entre el ejército japonés y una guerra de bandas japonesas y chinas en el instituto. Contada a modo de cómic, con incluso viñetas como escenas de transición o flashbacks, las coreografías de lucha del film son loables, así como un sonido y una fotografía espléndidas que hará las delicias de los aficionados al cine de acción (atención a la pelea en los charcos). Todo ello con ese humor inherente al tono del film, que no desentona en absoluto.

Una gran película como Fist and Faith que sirve de epílogo para una gran edición de estas Nits de Cinema Oriental de Vic, que este año cumple 15 años. Un festival que llega a la adolescencia gozando de plena salud, siendo uno de los mejores festivales de cine oriental del mundo occidental, y que por muchos años sea así.

Deja un comentario