Sábado 16
Evil + Chimera
Seguimos con el tercer día de cuatro, donde me salté el pasé de las 16:00 porque proyectaban Dhogs, que ya la había visto en el D’A. Mi primer pase fue el de las 18:00, donde Joaquim Bundó presentaba un cortometraje de 13 minutos sin diálogos y muchas sensaciones llamado Evil, donde mejor no cuento nada para no chafar la experiencia, y que dio paso a un film protagonizado por “el Desmond de Lost” y donde el papel del Mad Doctor parte como eje central argumental. Chimera es una película situada en un futuro cercano donde una investigación médica ilegal para salvar a sus hijos es la excusa de un film que empieza interesantísimo, y que tiene una media hora final muy buena, pero un montaje alternando presente, flashbacks e imágenes oníricas despistan demasiado y terminan por liar al espectador más que atraerlo a su transcurso. Esto junto a una serie de personajes algo arquetípicos y sin interés ni una cohesión narrativa provocan cierto hastío aún con su corto metraje (menos de 90 minutos), y que el buen tercer acto no consigue levantar del todo.
Frankenstein i els Mad Doctors del cinema
La siguiente proyección era Saving Sally, una bellísima comedia romántica filipina con toques surrealistas mezclando animación con imagen real y metalenguaje épico y que ya vi el año anterior en las Nits de Cinema Oriental de Vic. Pero me la salté por ya haberla visto y porque el tema de los Mad Doctors seguía en el cafè Versió Original, que acogía una interesante conferencia ofrecida por Georgina Armadàs e Irene Solanich. El tema: el 200 aniversario de Frankenstein, la novela de Mary Shelley, y su legado en la figura de los Mad Doctors y en los límites de los experimentos científicos y artísticos.
Un repaso a las diferentes versiones cinematográficas del doctor Frankenstein y su criatura experimental llevó al concepto del Mad Doctor “tradicional”, con sus instalaciones secretas de alta tecnología (para su época), su gran ego y su gran falta de moral (o exceso de la “suya”). Y de ahí a ciertos movimientos artísticos extremos como SEMEFO, que trabajaba con cadáveres o partes de ellos que conseguían con y sin permiso oficial por un vacío legal en México en los 90, o las exposiciones de Gunther von Hagens donde se muestran cadáveres embalsamados mediante su método patentado de la plastinación.
La visión cinematográfica de la conferenca estuvo muy completa aunque me era conocida, pero la vertiente artística que se expuso en la charla me captivó sobremanera. Una gran charla para antes de cenar, sin duda, y hecha por dos grandes conocedoras del tema a quienes tengo también el gusto de conocer en persona.
Microteatro y tapas “a la fresca”
Sí, parece que el tercer día de un festival de cine como el Sant Cugat Fantàstic me tentaba de ver de todo menos películas, pero las actividades paralelas eran más que atrayentes: cena en la terraza del Hotel Sant Cugat previa a la representación en el mismo lugar, a las 22:00, de dos obras de microteatro: el sobrecogedor relato de maltrato que una víctima le cuenta a una periodista en Rumba Catalana, de JR Armadàs (codirector del festival), y una fantástica comedia para aliviar tensiones sobre un medium que acude a casa de un tipo que le asegura que convive con un fantasma. Inquilino Sobrenatural, de Joaquim Bundó, el mismo que horas antes había presentado su cortometraje Evil justo antes de Chimera.
En la galería superior podéis ver instantáneas de Rumba Catalana e Inquilino Sobrenatural así como la foto de familia de los dos directores junto a las parejas de actores protagonistas de sus obras. Un evento diferente pero muy ameno, que supo congeniar muy bien un drama que llegaba muy adentro con una comedia blanca que arrancó más de una carcajada; ambas obras en un espacio tan corto de tiempo como un cuarto de hora. Bravo, tanto por la iniciativa como por los guiones y las interpretaciones.
Marató de sang: Revenge + Trauma
Y para acabar la noche antes de irse a descansar, nada mejor que una maratón de sangre y sufrimiento con Revenge y Trauma, dos propuestas tan dispares como bien realizadas y conmovedoras. La primera, un rape&revenge en clave feminista y dirigido por una mujer, ya se vio tanto en Sitges como en Terrormolins, así que me centraré en Trauma, una de las películas más brutales que he visto en los últimos tiempos, proveniente de Chile. Y si no, mirad el trailer… aunque habrá quien ya se escandalice con el fotograma estático de éste:
Bajo la batuta del director Lucio Rojas y con la producción de los Hermanos Onetti (de quienes el día anterior se habían proyectado su film Los Olvidados), Trauma está decidida a provocar su propio título a quien la vea, con un planteamiento que hará salivar al más macabro de los espectadores: unas amigas deciden pasar un fin de semana divertido en el Chile profundo, hasta que se encuentran a alguien decidido a continuar el legado del periodo más oscuro de la historia reciente del país: las torturas del régimen atroz de Pinochet. Y aunque está muy bien rodada y tiene una primera hora de quitarse el sombrero (atención especial a la primera escena, de lo más bestia que he visto en años), en su segunda hora el film pierde fuerza y personalidad llegando incluso a ser un torture&revenge algo típico, sólo con despuntes gore de calidad en forma de flashback. El resutado final es satisfactorio, pero es una pena ese desenlace que no sabe estar a la altura de un primer tramo brutal (en todos los sentidos).
Y con esa sensación de mentes perturbadas y sangre vertida a chorros, uno se va a dormir con cierta sonrisa perturbada en la cara (los amantes del cine de terror somos así), a punto para el último día de festival, el dedicado a las producciones catalanas.
Domingo 17
Memorias del agua + Time Thieves
Una noche que acabó tarde, y un último día que empezaba a la hora de la siesta, a las 16:00, pero la proyección se lo valía con creces. Previa proyección de Memorias del Agua un corto de producción catalana sobre el amor sin límites (literalmente) presentado por sus directores y cámaras, la sesión prometía mucho con el pase del documental Time Thieves. Si bien Memorias del agua es algo naíf en su ejecución y su problemático sonido no ayuda, al estar casi todo filmado en una piscina municipal vacía (con el consiguiente eco), el mensaje que subyace está muy bien pensado.
Pero el plato fuerte sin duda era Time Thieves, un imprescindible documental que debería ser visto por todo el primer mundo sobre nuestro tiempo libre como moneda de cambio. Producido por Carles Brugueras, quien ya produjo Google: World Brain, y dirigido por Cosima Dannoritzer, autora del punzante documental The Light Bulb Conspiracy sobre la obsolescencia programada, este documental de hora y media dura muchas horas más (incluso días) en nuestros cerebros después del visionado. Aunque quizá intenta tocar demasiadas teclas en poco tiempo, su ágil y sencilla explicación de cómo las grandes empresas han eliminado costes de producción y/o de puestos de trabajo haciéndonos trabajar a los consumidores, y cómo hemos aceptado ese rol como sociedad es admirable. Y nos invita a reflexionar sobre cómo usamos nuestro tiempo, que es lo más importante.
Resulta sorprendente que un documental así esté en la sección oficial de un festival de cine fantástico, pero si el género puede abordar distopias futuristas mediante el sci-fi, ¿por qué un documental protofuturista que presenta una distopía tan real que estamos incluso viviéndola no puede tener cabida?
RIP + Escape from Marwin
Y de la trascendentalidad de un digno documental, al cachondeo más gore. Esta es la grandeza de los festivales de cine. RIP es un cortometraje que ha tenido su andadura por muchísimos festivales y que acumula premios allá por donde pasa, incluido el premio al mejor cortometraje en Sitges, pero misteriosamente nunca había tenido oportunidad de verlo. Y en el SantCugat Fantàstic pude al fin quitarme la espinita, y para bien. Divertidísimo corto de unos nada excesivos 15 minutos presentado por uno de sus directores, Caye Casas, sobre las apariencias y el status quo llevados al extremo más surrealista, RIP nos cuenta como en un pueblo de mala muerte un funeral que debe salir perfecto se va un poco de madre…
Y el plato fuerte de la sesión era Escape from Marwin, el primer largometraje de un colega director como es Jordi Castejón, que tiene en su haber cortometrajes como Orden (del que en su momento participé en el crowdfunding) y Rostbif. Basándose en una lujosa mansión real que se les dejó temporalmente antes de su venta (donde sucede toda la acción) y la pasión de Castejón y su equipo por los escape rooms, Escape from Marwin plantea un juegos comunitario comunitario de lo más peligroso, con guiños a Battle Royale: los participantes son reclusos de USA; quien logre escapar consigue su libertad; y sólo puede escapar uno.
El film cubre muy bien el concepto de los escape rooms, incluyendo la historia sobre la que se gira durante todo el juego, y no puede negarse que la peli tiene acción, violencia y sangre a raudales. Lamentablemente, un tercer acto algo previsible y un foco demasiado puesto en la violencia y no tanto en la definición de personajes y sobretodo en la resolución de los puzzles (que los hay) emborronan lo que podría haber supuesto una interesantísima propuesta de género. Encima, no ayudó mucho tampoco que el pase de la película tuviera algunos problemas, como la mala visualización de los subtítulos. Aún así, como opera prima, y siendo la propia creación del film casi un escape room en sí mismo, con un bajísimo presupuesto y la mansión real esperando a ser vendida.
El día no acababa aquí, por supuesto, pero una mesa redonda sobre el cine de género de los 80, junto con el pase de cortometrajes, la entrega de premios y la sesión de clausura, lo dejaré para la tercera y última parte de la crónica del SantCugat Fantàstic…