#ElFilmSemanal: Annihilation

No cabe duda de que Alex Garland se ha ganado, por méritos propios, un nombre al que tener en cuenta en la industria del cine de género. Ex Machina (2015) es su primer proyecto como director, pero como guionista también firmó dos películas de Danny Boyle como 28 Days Later (2002) y Sunshine (2007), así como la adaptación de Never Let Me Go (2010).

Por eso su nuevo proyecto, Annihiliation, me llamó inmediatamente la atención. Los guiones de Alex Garland, sean originales o adaptaciones, comparten una serie de factores que me fascinan: distopía, el dilema de la condición humana, la autodestrucción, el instinto de supervivencia, y sobretodo, intimismo. Y eso es difícil en un género como la ciencia ficción, cuya naturaleza suele ligarse a la pomposidad, o a desarrollar más el mundo que los personajes que protagonizan la historia. Hay excepciones, claro, hablo en general, pero Garland focaliza siempre sus historias como obras de teatro de pocos personajes que deambulan por espacios cerrados (o abiertos pero al mismo tiempo acotados y desolados). Y eso es muy de agradecer.

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Cuesta contar la sinopsis de Annihilation sin entrar en el terreno del spoiler, pues la película pretende que el espectador acompañe a Lena, la protagonista, en el descubrimiento del propio argumento. Pero teniendo en cuenta que Lena es bióloga y veterana del ejército, y que el film empieza por el final, con alguien enfundado en un traje antiradiación interrogándola en un diálogo que ofrece más preguntas que respuestas acerca de lo sucedido “en un lugar”, uno puede aventurarse a entrever lo que puede depararnos este film.

De todas formas, es importante recalcar que esta no es una película para todo el mundo. Basada “libremente” en la primera novela de la trilogía de Jeff VanderMeer compuesta por Aniquilación, AutoridadAceptación, tanto su transcurso como su desenlace son envueltos en tal halo de misterio que “siguen” en la mente del espectador horas, días, e incluso semanas después de visionar el film. Es curioso como Garland es capaz de sobreexplicar ciertos aspectos del argumento para que la historia pueda seguirse sin perder interés, pero luego al mismo tiempo deja muchos (quizá demasiados) focos a deducción del espectador. Y digo demasiados porque en mi opinión el guión juega demasiado a ser Lost, y en más de un aspecto. No he leído la novela de VanderMeer, pero creo personalmente que esta clase de misterios abiertos aguantan mejor el tipo en prolongaciones largas, como permiten la literatura y las series. En un film, aunque sea de 2 horas, lo veo más como algo negativo.

Annihilation juega sin duda sus mejores bazas en el apartado artístico y técnico. Aunque está protagonizada por un elenco de primera fila como Natalie Portman, Jennifer Jason LeighOscar Isaac, la excesiva contención interpretativa sometida por el propio guión los desubica en exceso. Sí, antes he dicho que una de las cosas que me gustaba más de Alex Garland era su mimo para con los personajes, y lo sigo afirmando. Con un guión y un montaje que empieza por el final para luego retroceder al desencadenante de la historia e ir enriqueciéndola mediante flashbacks, la empatía (justificada, necesaria y nada gratuita) es desarrollada desgranando las mentalidades de cada personaje a través de sus actos, decisiones, temores, y sentimientos autodestructivos. Cuando uno se da cuenta que el misterio y el tono fantástico son la capa superficial de un descenso a los infiernos de los protagonistas, no sólo como viaje sino como mensaje de la película, Annihilation sube puntos como la espuma.

Otro factor clave es sin duda el tono de la película: una alucinante fotografía obsesionada en enfocar a los personajes a través de reflejos y refracciones, ya sean cristales de ventanas, lagos, ríos, o el agua de un vaso. Sin duda un excelente ejercicio de metalenguaje con el propio mensaje del film (que no desvelaré), que combinado con una primera mitad de film enfocada a modo de Predator (1987) que cambia a algo más metafísico, en cierto modo parecido a Arrival (2016), genera un producto original, innovador e inquietante, pero complicado de digerir. No siempre uno logra convertir un escenario abierto y preciosista, casi paradisíaco, en algo aterrador. Y Garland lo consigue con creces en Annihilation.

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Todo eso provocó que el estreno en salas que programó Paramount Pictures en Estados Unidos no tuviera el éxito esperado, relegando su distribución directa a la plataforma de streaming Netflix. Un miedo lícito, pero que ha impedido disfrutar de esta película tal y como se merece, pues está muy pensada para pantalla grande. Era eso, o modificar tanto el producto que fuera irreconocible. Y Alex Garland prefirió mantener su film intacto que ceder a la Paramount. Una decisión valiente pero creo que correcta, y más cuando el propio novelista alaba la adaptación de su propia historia, un guión más basado en las sensaciones que tuvo Garland leyendo la novela que en el relato en sí, ocasionando varias variaciones respecto el material original.

Drama, misterio, acción, ciencia, y un tramo final alucinante e inclasificable que eleva a Annihilation a altas cotas fílmicas, que podrían haber llegado a obra maestra de la ciencia-ficción si no fuera por ciertos efectos especiales pobres que desmerecen el conjunto, así como demasiados flecos sin cohesionar y una propuesta metafísica de difícil digestión para un público llano. Habrá quien no comprenda ya no la película sino su intencionalidad, pero por el otro lado, quien la disfrute lo hará y mucho. Y yo me encuentro más cercano a este último sector.

ANNIHILATION
(USA, 2018; dtor: Alex Garland)

Tono:          ✭✭✭✭✭✭✭✭✭✩
Guión:        
✭✭✭✭✭✭✭✭✩✩
Montaje:    
✭✭✭✭✭✭✭✩✩✩
Actores:    
✭✭✭✭✩✩✩✩✩✩
Sonido:      
✭✭✭✭✭✭✭✭✩✩
Música:      
✭✭✭✭✭✭✩✩✩✩
Foto:          
✭✭✭✭✭✭✭✭✩✩
Visuales:    
✭✭✭✭✭✭✭✩✩✩

GLOBAL:    ✭✭✭✭✭✭✭✩✩✩

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