Tal y como comentamos en nuestra presencia en el coloquio con Albert Guinovart y su celebración como artista residente en el Palau de la Música, uno de los conciertos más esperados de esa residencia era uno basado en la espectacularidad musical de Guinovart tanto como compositor como en su vertiente interpretativa más virtuosa. Así, el pasado 2 de diciembre de 2017 llegaba al Palau, apadrinado por la Orquestra Simfònica del Vallès, el concierto llamado De Gershwin a Guinovart, donde aparecería el Guinovart intérprete, al piano para el Concierto en Fa del compositor estadounidense, y Guinovart compositor con sus partituras para musicales como Mar i Cel, Flor de Nit o el más reciente Scaramouche, con dos solistas de la talla de Ana San Martin y Toni Viñals, los protagonista de la citada Scaramouche.
Y es que Guinovart, como pianista, es versado en esas obras de complejidad romántica: es decir, con pasajes exigentes pero cargados de melodía y carga dramática: Schubert, Rachmaninov e incluso los conciertos para piano de Bach serían muy del paladar del pianista y compositor catalán. Por eso Gershwin y él se adaptan como anillo al dedo, y el Concierto en Fa no fue una excepción, con un Guinovart excelso al piano y en muy buena sintonía con los músicos de la Orquestra Simfònica del Vallès, todos a una para elevar la vibrante sensibilidad de Gershwin a la excelencia. Un brutal final de primera parte de concierto que empezó con una suite orquestal de My Fair Lady que sonó espectacular.
20 minutos de descanso y cambiamos completamente de tercio: Guinovart desaparecía presencialmente del escenario para pasar a ser el protagonista de la música que la Sinfònica del Vallès interpretó junto a Ana San Martin y Toni Viñals, focalizada en los musicales que ha compuesto para Dagoll Dagom y con los cantantes que protagonizaran su último espectáculo: Scaramouche.
El profundo conocimiento del género musical, con un espíritu muy Broadway pero adecuado a las líneas melódicas catalanas han hecho del estilo de las melodías de Guinovart todo un sello marca de la casa profundamente identificables en Cançó d’Osman de Mar i Cel (1987), ese flirteo con Read & Black de Los Miserables que es el Himne del Poble de Scaramouche (2016), la hisaishiana He Somiat de Gaudí (2003), o ese gran dueto tanto musical como narrativo y dramático que es La Carta de Flor de Nit (1992). Sin olvidar las icónicas Himne dels Pirates i Per què he plorat? de Mar i Cel, enormes contribuciones al musical que merecerían estar entre las más grandes piezas del West End o Broadway. Aquí ofrecemos un vídeo de la web teatremusical.cat que recoge los mejores momentos de esta segunda parte dedicada al Guinovart compositor de musicales, un espléndido añadido sin duda a las fotografías de Juanma Peláez que han acompañado a estas líneas.
En resumen, fue uno de los eventos que mejor recogen el testigo de un artista polifacético y excelente en todas sus vertientes, desde al virtuoso pianista al excelente compositor de melodías que, aunque sean a escala nacional catalana, han sabido cuajar en la población y han pasado a ser eternas.