Justo un mes después del Festival de Sitges, llega otra cine ineludible para los fans del cine de género, el Festival de Cine de Terror de Molins de Rei, conocido popularmente como Terrormolins, todo un peso pesado veterano que está en su 36 edición. Y La Musa Que Era ha estado este primer fin de semana en Molins de Rei para vivir de cerca todo lo que acontecía en el certamen, que se alarga hasta el plato fuerte del sábado 18, la maratón de 12 horas de cine.
El pasado viernes 10 arrancaba el festival con la premiére mundial de Framed como sesión inaugural, un combo de slasher con home invasion producido por Marc Carreté y dirigido por Marc Martínez Jordán, director del premiado cortometraje Cara de Caballo.
Con un presupuesto humilde pero con grandes recursos técnicos (la dirección de fotografía es impresionante, y los efectos son más que aceptables), la película trata el tema de la viralidad en internet y los videos por streaming para ofrecer violencia loca y descarnada como reclamo de likes, con una tesis final muy interesante… que no desvelaremos, claro.
Algo irregular en ritmo y un potencial a veces algo desaprovechado, pero con una diversión y locura claramente ascendentes, este film gore de producción catalana rodado en castellano goza de uno de los villanos más interesantes del cine de género local reciente, encarnado por un épico Àlex Maruny que carga toda la película a sus espaldas, cumpliendo con creces. Lástima que los secuaces que lo acompañan son casi paródicos, y que el contraste del nivel actoral del casting en general sea tan marcado, porque le quita puntos al resultado final.
La sesión inaugural abierta al gran público era a las 22:00, pero la prensa tuvo un pase especial de Framed a las 18:00 del mismo día presentado por su director y su productor, y en el que contamos con una rueda de prensa posterior con (por orden de izquierda a derecha en la siguiente foto) Álex Maruny, Joe Manjón, Clàudia Pons, Marc Martínez Jordán y Marc Carreté.
Allí nos contaron la gestación del film, cuando los dos Martínez Jordán y Carreté se conocieron en el festival de cine de Transilvania en 2014 donde presentaban respectivamente Timothy y Asmodexia. La honestidad de sus creadores honora el film, pues ante la pregunta de si Framed pretendía ser una crítica a las redes sociales, Martínez Jordán aseguró que su opera prima es 85% gamberra y 15% reivindicativa. Y sobre las influencias de Maruny a la hora de caracterizar al villano de la película, sus referentes fueron La Naranja Mecánica, American Psycho y el Joker de Heath Ledger. Quedáis avisados…
Acabando hacia las 20:00, y aun habiendo una fiesta a las 0:00 pero con poca cosa que hacer hasta entonces, la intención era a tomar algo con colegas de la prensa e irse para casa, pero por suerte, no fue así. Yendo de ruta por Molins de Rei para catar las ofertas del Gastroterror, ofertas de varios locales de restauración de la localidad que preparan tapas de temática terrorífica, se hicieron más de las doce, con lo cual “no había más remedio” que pasarnos por la fiesta. Je…
Ahí descubrí que un cortometraje llamado Downunder se había proyectado al gran público antes de Framed, fuera de competición. Los acreditados de prensa nos lo habíamos perdido pues en nuestra sesión no lo pasaron, pero tuve la suerte de que me presentaran durante la fiesta al director y guionista del cortometraje, Fernando González Gómez, y a su actor principal, Niko Verona. Buenas personas y mejores profesionales, he de decir.
Soy muy crítico con los cortometrajes que duran más de 15 minutos, porque o su historia es realmente potente, o pierden fuelle y se alargan innecesariamente como chicles. Pero he tenido la oportunidad de ver Downunder, y son 20 minutos magníficamente rodados e interpretados, con una factura técnica impecable, y que te mantienen en vilo constantemente por su adecuado flujo de información. Enfocado como una road movie en un entorno desolado, seguiremos al peculiar protagonista en una historia llena de encuentros en un guión bien medido de suspense, misterio y violencia y que, según me contaron, se está trabajando para intentar convertirlo en largometraje.
Y estaremos más que atentos, porque la historia tiene potencial y puede dar mucho de sí. Su tono ochentero y eminentemente indie americano (¡y rodado en español!) le da un encanto muy especial, y está pegando fuerte en los circuitos de festivales. Veremos dónde acaba el periplo de Downunder.