Efectivamente, el resfriado no era un espejismo. Desperté notando excesivamente la existencia de mi garganta, y me dejé la voz volviendo de Rocky Horror Picture Show la noche anterior. Por suerte mis proyecciones empezaban tarde y aunque quería darme una vuelta por los stands, me quedé descansando.
Comí y me dirigí al Auditori a la primera sesión, inquieto porque me encontré entes que me hacían pensar que el resfriado iría a más… pero por suerte no fue así 🙂
Por fin llegaba mi ración sitgera de wu xia con Sword Master 3D, una producción exquisita de Tsui Hark que es un remake de Death Duel, película de 1977 de la Shaw Brothers. Cabe destacar que el director de Sword Master 3D, Derek Yee, fue una estrella de la Shaw, y protagonista de la Death Duel original, con lo que el respeto por el género y la obra original está más que asegurado. Un wu xia de ritmo pausado, con personajes marcados por pasados oscuros que no se desgranan hasta mitad de metraje, unas coreografías que quitan el hipo, y sorprendemente, un 3D que no sólo no molesta, sino que enaltece la obra. Poesía visual antibelicista como sólo Hong Kong y el wu xia pueden ofrecer.
Y sin movernos de Asia, pero sí de sala, cambiamos Auditori por Retiro para el pase de Ancien and the Magic Tablet, el nuevo anime de Kenji Kamiyana, creador de 009: Re-Cyborg y Ghost in the Shell: Stand Alone Complex, y que estuvo en Sitges presentando su película. Es una lástima que Ancien and the Magic Tablet, que goza de distribución comercial en pocos días, sea una historia quizá demasido complicada para lo simple que acaba siendo, en la que se mezcla un complot en la industria del automóvil del Japón actual y un mundo onírico subtextualmente análogo a la realidad que vive la protagonista. No es mala película, pero ese medio gas constante (je) tampoco llega al nivel de otras grandes producciones que hemos podido ver en Sitges.
Y se sale de Ancien para meterse de lleno en uno de los fenómenos fan recientes más genuinos de Sitges: Patrick Brice, co-creador junto con Mark Duplass del inquietante found footage que es Creep, salió entre ovaciones y jaleos al escenario del Retiro para presentar Creep 2, sorprendente y original secuela que reinventa su propia fórmula con un Mark Duplass soberbio, en su salsa. Su reinvención te mantiene atento a la pantalla como con pocos found footage me ha pasado, y aunque se ha dejado más de lado la improvisación de los diálogos, es una gran secuela, quizá más inquietante que la original. En el posterior Q&A, Brice incluso dejó al aire la posibilidad de “no hay 2 sin 3”, así que tocará cruzar dedos.
Antes de la película que tenía más relación con esta web, Muse (parece que en Barcelona las musas están de mida), era turno de hacer el friki un rato cerca del Retiro del que casi no me he movido estos primeros días de festival.
Y no lo digo sólo yo. El mismo Jaume Balagueró dijo en la presentación de su film Muse que el Auditori es bestial pero que para él de joven Sitges era el Retiro, y que aún ahora, la verdadera alma de Sitges era el Retiro. Para él, la premiére mundial la consideraba en esa sala.
Lástima que el film no estaba a la altura de lo que podría haber sido capaz de dar, que era mucho. El argumento y el desarrollo de la historia es más que interesante y la resolución es espectacular, con una fotografía impecable y unos giros muy buenos, pero personalmente el enfoque que se le da a Muse es erróneo, más propio de una adaptación de Dan Brown que de lo que debería haber sido, con unos efectismos de terror y tensión que alejan al espectador del thriller sobrenatural que es el foco principal.
Y con esto se concluía el primer fin de semana, 4 días de cinefilia pura y dura, 17 proyecciones que daban paso a 7 días más de aislamiento del mundo real, que visto lo visto, había sido más que necesario.