O Val Das Mouras: folk galego hecho en Catalunya.

Es curioso. Se inauguró este portal el pasado 1 de septiembre con una crónica de la fiesta celta de la Festa Major de Sabadell, y no ha pasado ni un mes y el folk vuelve a protagonizar un artículo de @lamusaqueera. Pero es que la ocasión lo vale.

Los descubrí durante la Festa Major de Cornellà. La noche del pasado 16 de junio, en el Parc de Can Mercader se anunciaba la Noite Celta, con los grandísimos Lúar Na Lubre como cabeza de cartel, y un grupo llamado O Val Das Mouras de teloneros. No negaré que fui al concierto por Lúar na Lubre más que nada, pero si algo me ha enseñado la experiencia, es que nunca hay que perderse los teloneros, pues hacerlo puede impedirte descubrir formaciones que valen mucho la pena. Y O Val Das Mouras entra de lleno, y por méritos propios, en esta categoría.

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El quinteto, que adopta el nombre de un legendario bosque en un valle calizo de 5 hectáreas de Galicia en el que la erosión del agua formó espectaculares cuevas que fueron habitadas, está formado por una armoniosa combinación de voz, percusión, guitarra, flauta travesera y violoncelo, con la que musicalizan poemas de Rosalía de Castro con gran exquisitez usando el folk galego. Toda una declaración de intenciones y de estilo, con su mezcla de intensos tonos folk (y que flirtean con la música celta) y melodías cándidas que dan como resultado un sonido complejo y asequible a la vez que cautiva al instante. Y aunque su estilo de música y su nombre hagan pensar en unos orígenes atlánticos, la banda es de Catalunya, concretamente de L’Hospitalet de Llobregat.

Y de 16 en 16, esta de vez de setiembre, y en el marco de la Festa Major del barrio de Bellvitge de su Hospitalet de Llobregat, O Val Das Mouras ofrecían un concierto en una de las carpas. Una amiga mía me avisó y no me lo pensé dos veces. Y por casualides de la vida, pudimos conocer al grupo y hablar con ellos, a raíz de que Álex Rodríguez, el violoncelo, es amigo de un amigo mío y nos habíamos visto en alguna ocasión. Gente genial, como su música.

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Pero eh, que nadie me malinterprete, no los alabo porque los conozca. En 2015 sacaron su primer LP, Rosalía (que tengo firmado por ellos, ¡gracias!), y en pocas semanas lanzarán ya su segundo álbum; y el hecho que una banda catalana de folk galego haya girado por Galicia no una sino dos veces, creo que es señal inequívoca de su calidad.

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El concierto tardó más de lo previsto en empezar por problemas de sonido, pero solventaron el bache dando cuenta de su repertorio, sorprendentemente amplio y variado para una banda con apenas dos trabajos discográficos. Se pudieron escuchar temas del Rosalía, como Roxa Estrela, un tema muy espiritual y que personalmente me encandila; la pegadiza ¡Calade!; la más cañera Vamos bebendo; o la épica Pra a Habana, de casi 10 minutos de duración. Pero también hubo tiempo y ocasión de disfrutar de temas que supongo (y espero, porque me encantaron) estén en el futuro segundo CD, con un sonido evolucionado hacia ritmos más sincopados y melodías más profundas, más oscuras.

Segundo CD que tendrá por nombre A xustiza pola man, que será presentado el próximo 18 de noviembre en el Auditori Barradas de L’Hospitalet, que ha contado con la colaboración de María Poyatos a los teclados tanto para la grabación del álbum como para el concierto en Bellvitge, como puede verse en la primera canción del videoreportaje exclusivo que de esta web, y que como siempre se puede rescatar fácilmente del canal de Youtube de esta web:

El viaje armonioso de flauta de Joana Marcè junto con el sonido que Álex Rodríguez imprime a su violoncelo hacia mundos no habituales para ese instrumento, ambos abrazados por la zona rítmica con la guitarra de Davide Salgado y la percusión de Carles Mesa, y todo aderezado con la dulce voz de Laura Lorenzo, que a ratos nos recuerda a una Amaia Montero, aunque con más versatilidad y frescura que esta última.

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Estos son O Val Das Mouras, sin duda un nombre a tener en cuenta para los amantes de la música celta en tierras catalanas para nada atlánticas, pero en la que vive gente (como yo, por ejemplo) fascinada por la música folk.

 

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