Queda menos de un mes para el encuentro anual más importante para los fans del cine fantástico y de terror: el Festival de Sitges, que este año cumple los 50 años de existencia. Y aunque fui a verla el pasado miércoles, el pasado 25 de agosto se estrenó a modo de preludio (¿inintencionado?) del Festival la nueva película de Paco Plaza, el codirector junto con Jaume Balagueró de la saga [REC], que lleva por título Verónica.
5 años después de su último largometraje, [REC3] (si bien en 2014 rodó Ultravioleta, un cortometraje patrocinado por Gas Natural Fenosa y su proyecto Cinergía), Plaza nos lleva al Madrid de los 1990 a ritmo de Héroes del Silencio para explicarnos su particular visión sobre un caso real que ocurrió en el barrio de Vallecas, y que goza del honor de ser el único expediente policial español (hasta la fecha) en el que se admite oficialmente actividad paranormal. Aquí podéis ver el tráiler:
En una época en que el cine de terror es mayoritariamente estadounidense o asiático, y cuando no lo es se bebe siempre de esos referentes, que se use el imaginario local es ya un detalle digno a tener en cuenta. Y no es la primera vez que Plaza usa el imaginario español para construir un film de terror. Ya en 2004 realizó Romasanta: la caza de la bestia, basada libremente en el caso real de mediados del siglo XIX de “El Hombre Lobo de Allariz”, el asesino de Ourense de quien se decía era un licántropo. Y sí, en ambas películas Plaza juega con los vacíos de la historia para llevar la historia por donde él quiere, pero eso es parte del juego. Y en Verónica, el resultado es increíblemente bueno.
Porque el tráiler es engañoso. Parece la “típica” película del ente del más allá que aterroriza a una niña que juega con una ouija para contactar con su padre fallecido, y aunque efectivamente ésta es la sinopsis de la película, todo parecido con un film americano acaba ahí. El costumbrismo español de los 90 aquí es parte fundamental para empatizar con el espectador, sentir que los personajes son alguien cercano, real, y por tanto, también el terror. Y sobretodo, porque la tensión y los sobresaltos no son nada gratuitos. Algo parecido a lo que James Wan hizo con la sublime The Conjuring… y no es la única relación que hay entre Verónica y este film.
El film empieza por el final, sin esconder al espectador que esto no acabará bien, para luego retroceder a tres días antes, cuando tiene lugar la sesión de ouija que hace Verónica con unas amigas. Y la película no se anda por las ramas: hay terrr y “malsanidad” en cada uno de los tres días en que se divide el relato (casi equitativamente en sus 105 minutos), y sobretodo, tensión y suspense. En Verónica hay terror primitivo, visual, pero también hay sitio para el drama familiar, para el suspense y para el terror psicológico; todo ello ambientado sin esos molestos sustos por efectos de audio (¡gracias!) y con una ambientación noventera auténtica y un tono fílmico del giallo italiano de los setenta encantador, con esas caminatas musicales entre escenarios y esa banda sonora con efectos y sintetizadores tan de moda ahora por Stranger Things.
El guión, coescrito por Paco Plaza y Fernando Navarro (autor de Musa, la próxima película de Jaume Balagueró) es muy inteligente. No se anda con rodeos ni se relame en cosas inexplicables y gratuitas, y a su vez juega continuamente con los tópicos del género y los corrompe con detalles de terror psicológico para liar al espectador y mantenerlo en tensión las tres cuartas partes del film. La única pega quizá es el tercer acto, cuyo final, aunque lógico y adecuado, deja atrás la atmósfera malsana para pasar a la acción y el terror más convencional, aunque (y aquí viene la segunda referencia) ese cambio de tono se le perdona por esos excelentes movimientos de cámara y esos planos secuencia en el piso de la protagonista y su familia, que recuerdan a cómo James Wan recorría la casa de The Conjuring.
Y ese drama familiar latente que respira todo el film no pierde nunca fuelle (es más, es vital para entender la película), gracias a los verosímiles diálogos, y a que te crees a todos los personajes principales, en parte por una seca y veraz Ana Torrent como madre viuda desbordada, pero sobretodo por la excelente interpretación de Sandra Escacena, la Verónica de 16 años de la película, y sus tres hermanos pequeños. Decía Hitchcock que rodar con niños era lo peor que podías hacer como director, pero Paco Plaza ha hecho caso omiso a esas palabras, y con razón.
En conclusión, un excelente film de terror muy auténtico y real, con magistrales interpretaciones y un tono malsano muy bien logrado, para contar una historia sobre crecer y hacerse mayor, de dejar la adolescencia y sus demonios atrás y encarar el futuro. Recomendable para todo fan del cine de género .
VERÓNICA (España, 2017; dtor: Paco Plaza)
Tono: ✭✭✭✭✭✭✭✭✭✩
Guión: ✭✭✭✭✭✭✭✭✩✩
Montaje: ✭✭✭✭✭✭✭✩✩✩
Actores: ✭✭✭✭✭✭✭✭✩✩
Sonido: ✭✭✭✭✭✭✩✩✩✩
Música: ✭✭✭✭✭✭✭✩✩✩
Foto: ✭✭✭✭✭✭✭✭✩✩
Visuales: ✭✭✭✭✭✭✩✩✩✩GLOBAL: ✭✭✭✭✭✭✭✭✩✩